Acuerdo. El Gobierno pretende incluir el suelo de Los Gordales (actual Feria) como parte del pago de los 1.200 millones de euros que debe recibir Andalucía por la mal llamada deuda histórica, fondos estatales que deben compensar la deficitaria transferencia de competencias a la comunidad que en su día se llevó a cabo sin los recursos adecuados. ¿Cómo explicar a granadinos, malagueños o almerienses que el pago de esa deuda con todos los andaluces se hace con un solar en Sevilla capital?
Nuevos usos. El tema es extremadamente delicado. Primero, porque aceptar ese suelo implicará para la Junta un desgaste político evidente, con la oposición en tromba acusándola de incapacidad para cobrar en dinero contante y sonante. Segundo, por la necesidad de rediseñar los usos del terreno para poder sacar el máximo rendimiento económico. Lo ideal para la Junta sería hacer viviendas de renta libre con las que obtener fondos que poder repartir en otras capitales a través de la Empresa Pública del Suelo. El problema es que el recién aprobado Plan Especial de Los Gordales no plantea pisos, fruto de un debate en el que se concluyó que la zona estaba colmatada de usos residenciales y muy necesitada de otros dotacionales.
¿Recalificar? Un cambio de uso del suelo sería una bomba de relojería en el Ayuntamiento, que no consentirían los socios de IU. Además, la Junta podría caer en la terrible contradicción de buscar ahora la máxima rentabilidad lucrativa del suelo cuando precisamente el Estado ha llevado el PGOU a los tribunales porque fue la Junta la que le recortó edificabilidad de forma notable.
...Y la Feria. La Junta tiene incluso una valoración económica del suelo, en torno a 200 millones de euros. La futura construcción de un colegio y de facultades en el terreno y la posibilidad de dibujar allí un centro de salud daría coartada a Griñán para el objetivo de invertir el dinero de la deuda en usos educativos y sanitarios. Luego está el asunto de la Feria. La Junta no podría 'vender' actuación alguna en ese suelo mientras no se traslade la Feria de Abril. En ese sentido, el Ayuntamiento ya ha dejado claro que el debate del traslado del Real ha quedado "aparcado", por lo que quedaría desactivado cualquier plan autonómico.
La salida. La única salida posible pasaría por forzar al Consistorio a buscar un emplazamiento a la Feria en un tiempo razonable (previo acuerdo con los dueños de Tablada) y justificar la operación con los ingresos que la Junta obtendría de la edificabilidad lucrativa de las parcelas destinadas a oficinas, las mismas cuya edificabilidad ya redujo Obras Públicas. ¿Compensará la operación? A día de hoy, seguro que no. Menos mal que el foco está puesto ahora mismo en la financiación autonómica, porque la encrucijada política en este asunto es muy comprometida para la Junta.
Robo de droga. El fantasma del robo de la droga en la Jefatura de Policía ha reaparecido con la desaparición de doce kilos de cocaína en el cuartel de la Guardia Civil de O'Grove, en Pontevedra. La similitud con el caso de Sevilla es importante, salvo por el hecho de que la Benemérita no se ha andado con rodeos y ha abierto expediente informativo al cabo y al comandante del cuartel. En Sevilla, de momento, se ha provocado el relevo de algún mando policial con discreción y cautela, si bien no se quiere mover demasiado el tablero hasta que no se determine con exactitud todo lo que pasó. Parece que la Policía está cerca de cuadrar el círculo. Entonces, "cada uno se llevará lo que le toque".
Más Metro. El alcalde planteará que la próxima obra del Metro sea la del tramo de la línea 3 que conecta el Prado con La Macarena. Puede haber truco porque el Metro empezaría en la Puerta Osario y la conexión desde allí con la línea uno se haría a través del tranvía en superficie. El Ayuntamiento ha elegido este tramo por ser uno de los que más gente atraería y, obviamente, por tratarse la Macarena de un granero de voto socialista.
En las chabolas. El éxodo de los chabolistas de las Tres Mil por toda la ciudad está manchando, como pollo sin cabeza, la labor social de todas las administraciones, dejándolas en evidencia. O se sientan todas sin escurrir el bulto para consensuar una solución o se convertirá en el culebrón del verano, con episodio diario en la prensa y más de un susto que pueda llegar por la violencia entre clanes.
Gasto local. El alcalde pregona a los cuatro vientos la necesidad de que la Junta y el Estado asuman gastos municipales. Y ha puesto el ejemplo del billete de autobús: si en Tussam se montan sevillanos y extranjeros y el ayuntamiento paga la mitad del billete ¿por qué no ayudan las otras administraciones? El planteamiento es correcto, pero la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, lo ha rechazado por el agravio. ¿No habrá que hacerlo con todas las capitales?
En Altadis. La recalificación del suelo de Altadis no es inminente, ni mucho menos. Es cierto que la empresa necesita ganar liquidez, pero será inviable mientras gobierne IU pese a que el PP ha ofrecido sus quince ediles para sacar adelante la operación. Hay dos opciones, pagar a la empresa con patrimonio municipal de suelo o llegar a un acuerdo entre privados por el que pague la empresa que se lo quede.
Por Pureza. ¿Es verdad que el torero Francisco Rivera ya está preparando el terreno para presentar su candidatura a Hermano Mayor de la Esperanza de Triana dentro de tres años?
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