Gracias a este servicio que proporciona la Junta, las personas mayores, en situación de dependencia o discapacitadas pueden ponerse en contacto con un operador con tan sólo pulsar un botón y sin necesidad de marcar ningún número de teléfono. Al mismo tiempo, los operadores llaman periódicamente a los usuarios para asegurarse de que se encuentran bien y se ponen inmediatamente en contacto con la familia o con algún vecino si la persona no responde.
Las sedes de los operadores, situadas en Málaga y Sevilla, reciben cada día unas 16.500 llamadas lo que supone un total de 6 millones de llamadas al año. La mayoría de las personas que llaman, un 69%, solo buscan mantener una conversación con la persona que está al otro lado del teléfono y olvidarse durante unos minutos de la soledad y los achaques de la edad. Otros usuarios llaman para solicitar información y pocas veces utilizan el servicio para pedir ayuda en emergencias.
En estos días tan señalados ha habido un repunte de llamadas ya que son muchos los que utilizan el servicio para felicitar las fiestas a la persona sin rostro que vela por su bienestar los 365 días del año.
Los 643 trabajadores que atienden amable y pacientemente cada una de las llamadas acaban convirtiéndose en un miembro más de la familia y, en algunos casos, en la única persona a la que acudir.
Iván, un joven que lleva tres años como operador en el centro de Sevilla, habla a diario con personas mayores y discapacitadas, trabajo que califica como "muy gratificante". Cuando se le pregunta por alguna anécdota, recuerda con cariño el caso de una mujer mayor que no sabía ni leer ni escribir y que pulsó el botón desesperada después de dos días sin saber nada de su hija. Incapaz de marcar el número de teléfono de su hija, logró finalmente ponerse en contacto con ella gracias a la ayuda de Iván.
El servicio, que tiene un coste anual para la Junta de 30 millones de euros, es gratuito para los mayores de 80 años y puede solicitarse por teléfono en el 902 506 565.