Los empates en casa ante Espanyol y Racing desataron la intranquilidas de muchos, que veían cómo el Betis era incapaz de cerrar de una vez por todas la permanencia. Los hubo, incluso, que ya auguraban el descenso seguro de la escuadra verdiblanca, pues si era incapaz de ganarle al colista en casa, cómo iba a derrotar luego a Málaga o Villarreal, equipos de mucho mas potencial que el desahuciado Racing.
El Betis, una vez más, tiró por tierra todas las predicciones y, cuando más complicado parecía tenerlo, sumó los puntos necesarios para asegura de forma virtual la permanencia.
Esos dos empates cerraron una racha de seis partidos sin ganar (Getafe, Levante, Madrid y Rayo antes) y a su vez abrieron una que ya va por los cinco sin perder (victorias ante Málaga y Villarreal y empate con al Real, luego).
El Betis no sumaba 5 jornadas sin perder en Primera en una misma campaña desde el 4 de abril de 2009, justo el día que empató 3-3 con el Numancia y provocó la destitución de Paco Chaparro después de cinco empates consecutivos (y 7 sin ganar).
