Si en la Policía Local la reducción de las horas extra provoca una merma inmediata de los servicios de los fines de semana, las fiestas primaverales, la Navidad y cualquier evento extraordinario que se celebre en la ciudad, en los Bomberos la congelación de las productividades puede tener una incidencia en los turnos ordinarios, en los servicios mínimos del cuerpo. El calendario de trabajo de la plantilla de bomberos, con turnos de 24 horas una vez cada cuatro días, y la falta de personal –los sindicatos reclaman al menos un centenar de bomberos más– provocan que para alcanzar los servicios mínimos de 62 bomberos se tengan que comprar descansos a una decena de personas que se ofrecen voluntariamente para formar parte de la bolsa de productividad.
El Sindicato Profesional de Bomberos ha pedido ya una reunión a la Delegación y tiene previsto convocar una asamblea en los próximos días. En ella se debatirá si seguir los pasos del sindicato de policía Sppme y movilizar a los bomberos para que no se apunten a las bolsas de productividades.
Al igual que en la Policía, en el cuerpo de Bomberos el problema se arrastra desde hace años. La plantilla no aumenta, las reestructuraciones se quedan paradas y todo el servicio se supedita al pago de productividades que provoca que haya empleados que cobren hasta 3.000 euros, al margen de sus nóminas, sólo por trabajar fuera de sus turnos ordinarios. Mantener los servicios mínimos le cuesta al Consistorio más de 400.000 euros al mes, al margen de unos sueldos que suman en torno al millón de euros mensuales.
De momento, el sindicato mayoritario de bomberos ha encajado con más tranquilidad que el de Policía el anuncio del Ayuntamiento de que el recorte de las productividades obligará a pagar las horas extra que se realicen en el segundo semestre de 2010 a mediados de 2011, cuando se apruebe el siguiente presupuesto. Entre otros motivos, esta postura proviene de la proximidad de un acuerdo que viene a responder a algunas de las demandas sindicales: se convocarán 79 plazas a principios de 2011 y, una vez que se aumente la plantilla, subirán los servicios mínimos diarios de 62 a 74 bomberos.
El acuerdo sin embargo volvió a realizarse completamente al margen del proyecto integral elaborado por la propia Delegación de Convivencia y Seguridad elaborado en 2009 y que debía estar vigente hasta 2011. A sólo unos meses de su fecha de caducidad, el documento no ha llegado ni siquiera a aplicarse al quedar bloqueadas las negociaciones. Entre otros objetivos, el plan abogaba por una reestructuración del calendario: “Se debe lograr un justo equilibrio entre el número de horas trabajadas y el número de guardias anuales en la plantilla, buscándose un reparto equitativo de las productividades. Es necesario racionalizar los turnos de trabajo y ponerlos al servicio de una prestación de calidad”.
No es el único aspecto de este proyecto integral que se ha incumplido. Uno de sus puntos de partida era la renovación y modernización del cuerpo de bomberos con un paquete de actuaciones que incluía la completa renovación de los parques, con la construcción de nuevas instalaciones tanto en el río como en la zona oeste, la remodelación integral del parque central y la adecuación de espacios para prácticas y formación.
El proyecto, ya prácticamente olvidado tras más de dos años guardado en un cajón, abría las puertas incluso a la creación de una unidad especializada en la investigación de incendios. “Debemos encuadrar la investigación de incendios dentro de las labores de prevención, en un marco de colaboración con la policía científica (...) Aquellos en los que no se encuentren indicios de criminalidad serán trasladados al cuerpo de bomberos”. Para ello, de haberse llevado a cabo, se habría creado una sección de investigación de incendios inexistente tanto en Sevilla como en las principales capitales, que delegan esta labor en la Policía.
