La Comisión de Defensa del Congreso autorizó ayer que la misión militar española en Libia se prolongue durante otros dos meses más. En contra de la medida sólo votó Izquierda Unida, pero toda la oposición cuestionó los resultados logrados hasta ahora por la coalición internacional y las fuerzas de la OTAN y avisó del riesgo de que la situación en Libia se enquiste.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, que fue la encargada de solicitar el permiso de los grupos parlamentarios, informó de que el coste global de la misión, al cabo de ese trimestre, alcanzará los 43 millones de euros. Esta ampliación, según recalcó la ministra, podría conllevar una nueva misión de protección de la ayuda humanitaria a la población civil, si lo aprueba la Unión Europa y lo autoriza Naciones Unidas, pero no implicará la superación del máximo de 500 efectivos españoles autorizados ni desplazar fuerzas terrestres sobre suelo libio.
Chacón insistió en que el objetivo del operativo militar no es desalojar al líder libio, Muamar Gadafi, porque eso es tarea de la política y de la diplomacia, sino proteger a la población civil. Actualmente España participa en la operación Protector Unificado de la OTAN con cuatro aviones de combate F-18 y un avión de reabastecimiento en vuelo –para la zona de exclusión aérea– y una fragata, un submarino y un avión de vigilancia marítima –en el embargo naval de armas–. En total, 302 efectivos.
La única voz discrepante en la comisión fue la del diputado de IU, Gaspar Llamazares, quien negó de nuevo su respaldo a la intervención en Libia al considerar que es una “autorización preventiva” y una “patente de corso” para seguir bombardeando. “No vamos a darle amparo porque no lo tiene por parte de la ONU ”, subrayó, denunciando que ya se han sobrepasado sus resoluciones y que, además, a un mes vista, la estrategia de guerra se ha demostrado “fracasada” y ahora se está en una situación de “empate trágico”. Llamazares, quien reprochó a Chacón que no dé cuenta de los “efectos colaterales” de la intervención, avisó de que sería un “desastre político” que Libia se convirtiera en un “Estado fracasado, un país dividido y un protectorado de las potencias europeas”: “Ustedes no pueden decidir quién falta y quién sobra en el futuro de Libia –protestó–. Yo espero que acabe la dictadura y que se creen las condiciones para un sistema democrático, pero no soy el amo del mundo y son los libios los deben construir su propio futuro”, reiteró.
En la comisión también se debatió sobre el uso de bombas de racimo españolas por parte del régimen de Gadafi contra los rebeldes libios. El PSOE recalcó que la venta de este tipo de armamento era legal hasta que España decidió “unilateralmente” prohibir su exportación en 2008, “dos años antes de que fuera una obligación internacional”. De hecho, Chacón presumió de que España fue el primer país que optó por destruir todo su arsenal de bombas de racimo.
Limitaciones de la OTAN. Mientras España aprobaba ampliar dos meses su misión en Libia , la OTAN reconoció las limitaciones de su aviación para conseguir poner fin al asedio de las fuerzas del régimen de Gadafi contra la ciudad de Misrata, al tiempo que destacó que sus aeronaves han destruido decenas de tanques y vehículos blindados de las fuerzas gubernamentales. A pesar de estas limitaciones de la OTAN, Francia es “hostil” al despliegue de fuerzas terrestres en Libia para guiar los bombardeos aéreos que está llevando a cabo la coalición internacional, según dijo ayer su ministro de Exteriores, Alain Juppé, quien reconoció que la situación en el país es “difícil” y “confusa”.
Ante esta situación, Naciones Unidas ha reclamado un alto el fuego en Misrata y ha asegurado que los ataques de Gadafi han matado a 20 niños.
