El grupo municipal del PP votó en el último pleno en contra de una moción urgente presentada por Izquierda y Progreso (integrada en IU) que buscaba el rechazo a las declaraciones de los arzobispos en la manifestación del 30 de diciembre de 2007 en Madrid en defensa de la familia tradicional.
La moción, cuya urgencia fue considerada por el equipo de gobierno (PSOE) y secundada también por los andalucistas, sirvió al portavoz municipal del PP, Antonio Romero Bejarano, para defender a los obispos contra el sentir de la corporación que, en palabras del líder de IP, Juan Manuel Valle, rechazaba "las proclamas" de los prelados en las que "identificaron la legislación sobre el divorcio, el aborto y el matrimonio homosexual con la disolución de la democracia" y con las que "sostuvieron que como consecuencia de ciertas políticas legislativas en España se estaba produciendo un retroceso en el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
El edil del PP, al que le sorprendió que el alcalde, Antonio Maestre (PSOE), no interviniera para "dejar el delicado asunto a su portavoz municipal", Rosario Ayala, interpretó que "la moción estaba dirigida contra la Iglesia Católica" y "no recogía citas literales de dichos arzobispos, sino totalmente descontextualizadas". Recordó, de este modo, que "por encima de todo ha de primar la libertad de expresión" y aplaudió "el rotundo éxito de dicha manifestación, a la que acudieron muchos vecinos de Los Palacios y Villafranca que volvieron encantados".
También criticó que la moción pretendiera que "los católicos se queden dentro de las parroquias, sin rechistar y sin salir a la calle a expresar sus sentimientos" y se mostró sorprendido de que no se hubiera presentado moción alguna "a favor de la Iglesia Católica cuando tuvo lugar la exposición de pinturas obscenas en Extremadura o cuando Carod Rovira se burló del catolicismo colocándose entre risas una corona de espinas en Israel".
Mientras, la portavoz municipal del PSOE, que se interesó por las convicciones religiosas y personales del popular en relación al divorcio, el aborto y el matrimonio homosexual, recibió por su parte un rapapolvo al recordarle que "tuvo el triste honor como concejal de Festejos, hace dos años, de autorizar que el pasacalles del carnaval estuviese encabezado por un señor, retribuido por las arcas municipales, vestido de Papa y cantando pluma, pluma, gay' justo en el mismo momento en que Juan Pablo II se debatía entre la vida y la muerte".
Este debate en este municipio del Bajo Guadalquivir no es baladí ya que cuenta con una de las más numerosas comunidades neocatecumenales de Andalucía, entre los convocantes de la citada manifestación en Madrid.
