El 4 de febrero de 2006, La Rinconada se levantó conmocionada al conocer que un funcionario de prisiones había apuñalado hasta la muerte a su mujer. Ahora la Fiscalía de Sevilla solicita 28 años de prisión para Rafael S.N. al que acusa de asesinato y de un delito continuado de violencia psíquica.
El juicio a Rafael S.N., un funcionario de prisiones de 40 años, se celebrará en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla -especializada en asuntos de violencia de género- los días 16, 17 y 18 de septiembre.
En la vista, la Fiscalía de Sevilla reclamará para el acusado una pena de 28 años de prisión por asesinar y maltratar psicológicamente a su mujer, Montserrat A., que falleció a los 34 años tras recibir numerosas puñaladas.
En su escrito de calificación provisional, el Ministerio Público solicita la pena máxima por el de asesinato, pues pide 25 años -la condena oscila entre los 20 y 25-, al considerar que existió las agravantes de alevosía, ya que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse al ser atacada mientras estaba durmiendo, y ensañamiento -ninguna de las puñaladas fue mortal de necesidad-.
En cuanto al delito continuado de violencia psíquica, el fiscal solicita tres años de prisión. Pese a que el acusado no agredió físicamente a su esposa durante el matrimonio, fuentes judiciales han señalado que la Fiscalía ha pedido que se le condene por este delito al considerar que durante la fase de instrucción del caso ha quedado acreditado, por el testimonio de varios testigos, que la víctima sufrió constantemente malos tratos psicológicos.
De hecho, Montserrat había intentado separarse de su marido por este motivo varios años antes de que sucediera la tragedia, lo que no era aceptado por Rafael. Es más, el día antes de morir había acudido al Centro Municipal de la Mujer para solicitar asesoría jurídica para divorciarse, y donde le habían dado cita para la semana siguiente.
Junto a las penas de prisión, el Ministerio Fiscal también solicita que el acusado no pueda acercarse ni comunicarse por ningún medio con sus dos hijos durante diez años. Además, deberá indemnizarlos a cada uno de ellos, que cuando ocurrieron los hechos tenían siete y tres años, con 300.000 euros por los daños morales causados.
Pese a la inestabilidad de la pareja, los vecinos y personas cercanas aseguraron que él nunca la había agredido. El propio acusado señaló en su declaración ante la Guardia Civil que lo hizo en un momento de "ofuscación".
Fue el mismo quien, tras asestarle numerosas puñaladas a su mujer cuando estaba durmiendo, llamó a la Policía Local de La Rinconada para confesarles el crimen. Colgó y llamó a su hermana, que vivía en Dos Hermanas, de donde también es natural Rafael, para que fuera hasta la casa de la calle Nuñez de Balboa y se hiciera cargo de los dos niños. Ellos, ajenos a todo, se encontraban en la habitación contigua, y no se despertaron hasta que los agentes interrumpieron en la vivienda.
Cuando llamaron a la casa, Rafael, licenciado en Derecho y funcionario de la prisión de Sevilla, les abrió la puerta con las manos ensangrentadas. Él mismo les condujo hasta la habitación, donde yacía Montserrat tirada en el suelo con múltiples cuchilladas en el abdomen. La mujer, que trabajaba de auxiliar en un geriátrico, ya estaba muerta y no se pudo hacer nada por salvarla.
Rafael, aparentemente tranquilo, fue detenido y llevado al cuartel de la Guardia Civil. Fue allí donde perdió los nervios y tuvo que ser hospitalizado con taquicardia. Ahora tendrá que enfrentarse a un tribunal que juzgará lo ocurrido en la madrugada del 4 de febrero de 2006.
