Churchill cuenta en sus memorias lo poco que le gustaba afrontar los nombramientos y los ceses de sus ministros. Pensaba que los elegidos, tras un breve periodo de agradecimiento, se acababan creyendo enseguida que sólo debían el nombramiento a sus incontestables méritos personales. Por eso -decía- cuando los cesaba, invariablemente se ganaba un enemigo de por vida. Útil experiencia. Sólo el que gana las elecciones tiene que nombrar gobierno. Y la experiencia dice que, después de muchos encajes hasta minutos antes del nombramiento, al parecer, los presidentes deben sentir tanto alivio al lograrlo que son, en general, poco dados a cambiar de equipo salvo que sea imprescindible para el buen fin de su labor política.
Arenas dice que ya tiene su gobierno decidido. Aunque tengo gran curiosidad por saber quiénes son. Ni como hipótesis me parece recomendable. Los sustos a su tiempo. Por lo pronto ha cesado a varios aspirantes, antes de empezar, porque pretende reducir el número de sus miembros. ¿Qué consejerías quitaría si gobernara? No creo que prescindiera de las de Presidencia, Economía, Fomento, Turismo o de las de Agricultura, Salud, Educación, Cultura, Empleo o Medio Ambiente (esta última no sé). Pero como diga cuál quita de las que restan, seguro que queda mal con algún grupo social. Salvo que se trate de dar sólo un titular de prensa no acabo de ver la utilidad de la propuesta para nadie. Las cosas a su debido tiempo. ¡Y queda mucho por decidir antes de llegar a ese asunto!
Carlos Rosado es abogado
