No sólo fue el doblete de Carlos Bacca, no sólo fueron los tres puntos que aseguran prácticamente una plaza en la próxima edición de la Europa League, no sólo es el récord histórico de conseguir seis victorias seguidas en liga, un hito al alcance de muy pocos equipos, de equipos importantes como es este Sevilla de Unai Emery. Fue todo eso y el gustazo de alejarle de una forma casi decisiva el título al Real Madrid, el equipo al que menos cariño se le tiene en el Sánchez-Pizjuán. Una noche redonda en muchos sentidos, también porque la merecida victoria del Sevilla dejó una de las acciones más bellas de la temporada, ese sombrero con la espuela y de espaldas de Ivan Rakitic para burlar a Pepe en el inicio del espectacular segundo tanto de Bacca, que pone en la red todo lo que toca, incluida la falta de Cristiano Ronaldo que sirvió para el 0-1. Redonda también para el colegiado, José Luis González González, colocado en el disparadero en la previa y que realizó un más que correcto arbitraje, en un partido, eso sí, que no tuvo acciones polémicas en las áreas, y eso siempre ayuda. El Sevilla FC sigue como un cohete hacia arriba, y ahora mismo esos seis puntos que tiene de desventaja con la cuarta plaza, con el Athletic Club, con la plaza Champions, no parecen demasiados para un equipo que se cree capaz de todo, que es capaz de todo. Una noche para enmarcar para el sevillismo.
