Un abril de hace 17 años, Sevilla estrenó un jardín botánico a orillas del Guadalquivir con 615 especies, en su mayoría llegadas de América. Seis meses después, el jardín cerró con el adiós de la Expo. Ahora, tras años de abandono, llega la hora de la reapertura con el esplendor recobrado. Será el próximo octubre.
Tras años de voluntarismo, de proyectos dibujados en el aire y de plazos que se alargaban, al fin la reapertura del Jardín Americano va a ser real. Las obras, que comenzaron en enero del pasado año, finalizarán este verano -con cinco meses de retraso sobre el calendario previsto-, a la vuelta de las vacaciones se entregarán y en octubre las recepcionará la Delegación de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla, que ha de ocuparse de los últimos detalles: las bocas para mangueras de riego, los bancos, las papeleras, el sistema de mantenimiento... Pequeños detalles que no impedirán que en otoño Sevilla recupere el más original de sus pulmones verdes, un ensueño verde relegado al olvido el mismo día en que la Expo echó el cierre. Eso fue 17 años atrás.
Según explica la delegada provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Pilar Pérez, y confirma la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), los trabajos del Jardín Americano están ya ejecutados en un 80%. Se ha limpiado completamente, pues los actos vandálicos y el abandono lo tenían en muy mal estado, y se han eliminado todas las especies invasoras que amenazaban a la flora, una concentración única en todo el continente europeo con 619 especies procedentes de 21 países americanos y que fue sufragada por los países participantes en la Expo 92. También se han hecho plantaciones complementarias para regenerar las especies perdidas en estos años, pues según el estudio elaborado por Naturalia XXI, el jardín ya sólo cuenta con 200 de aquellas 600 especies, apenas una tercera parte de las originales. Varias entidades ecologistas sostienen que la cifra es aún menor, y que no quedan sino unas 40 especies originales.
Pérez explica que en estos 16 meses de trabajos se ha ejecutado completa la obra civil, que incluye un paseo fluvial y un carril bici conectado con los de su entorno inmediato; se ha recuperado el umbráculo del antiguo invernadero -una especie de paseo arbolado que protegía las plantas del sol- y las pérgolas originales de la Expo y, actualmente, se está trabajando en la recuperación de los juegos de agua del recinto, que eran otra de las grandes atracciones del 92. Una de las últimas actuaciones que está previsto acometer es la construcción de una pasarela de madera sobre el río, que enlace los jardines del monasterio de La Cartuja con el Auditorio Rocío Jurado, un perímetro de unos 300 metros levantado sobre el agua y que dará servicio tanto a peatones como a ciclistas.
La intención de los encargados de la obra (que pagan la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir al 75% y el Ayuntamiento al 25%) es que todo esté finalizado antes del verano; si no es así, aún tienen tiempo, pues la fecha tope de entrega de la obra es el 31 de octubre. Entonces se podría entregar la obra a las autoridades municipales y añadirle los últimos retoques, "un proceso que podría llevar no más de un mes", confirman desde la CHG. La fecha de la apertura será, por tanto, cuestión de la administración local, que tras la recepción de la obra será la responsable de su mantenimiento.
ocio y educación. Los 8,5 millones de euros en que se ha cifrado la recuperación del Jardín Americano permitirán no sólo levantar de nuevo el rincón más exótico de la ciudad, sino establecer en él la sede de la Fundación Naturalia XXI, un "complejo científico, cultural, educativo y recreativo de carácter ambiental en Andalucía" que cuenta con el apoyo de la Junta y el Ayuntamiento. Ellos son los que han impulsado, con sus reivindicaciones machaconas y constantes, el rescate del jardín y a ellos se encomendará su gestión.
En el acuerdo firmado con el Consistorio se comprometen a crear un jardín botánico "que albergue y desarrolle especialmente la riqueza floral de nuestra región y la flora americana como elemento específico y singular del mismo". El objetivo es introducir paulatinamente en Sevilla especies procedentes de América que, "una vez adaptadas a las condiciones climáticas de Sevilla, podrían multiplicarse y enviarse para su cultivo a otras zonas del país y de Europa".
Junto al invernadero y el umbrario se ha ideado un aula o centro de divulgación -que estará coordinado con el del Parque del Alamillo-, en el que estudiantes y particulares podrán conocer la riqueza de este espacio, antes moribundo, ahora a estrenar.
