"El PSOE ha vuelto a paralizar y a bloquear al Gobierno local. Se ha vuelto a demostrar el fracaso de su modelo de ciudad". El PP resumió ayer de esta forma el efecto de la salida de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis del Ayuntamiento después de un año y medio al frente de Urbanismo. El área que debe marcar el ritmo del Consistorio vuelve a rediseñarse en plena crisis y con más de una veintena de proyectos enquistados por la falta de financiación y por los errores de gestión cometidos.
Pese a su juventud, el Plan General de Ordenación Urbanística conocerá en los próximos días a su tercer piloto, que tendrá en sus manos tomar decisiones clave a partir de negociaciones impulsadas por sus antecesores, con un corto margen de maniobra: sólo un año. El alcalde quiere formalizar esta decisión la semana que viene, una vez que Celis sea oficialmente designado como secretario general de Vivienda de la Consejería de Obras Públicas y tras llegar a un acuerdo con el PSOE de Sevilla.
Sea un concejal de dentro, como Joaquín Díaz que ya forma parte de la estructura de organismo, o alguien ajeno a la Corporación municipal, el delegado que tome el relevo de Celis se enfrentará a un legado tan complejo como incompleto. Tendrá encima de la mesa los planes de vivienda y de barrios, listos para su ejecución, pero también decenas de expedientes de proyectos públicos y privados que el Ayuntamiento ha sido incapaz de culminar.
Celis trazó, con mayor o menor éxito, su línea de trabajo y de prioridades. El siguiente tomará las decisiones ante una nueva encrucijada: el partido pide por un lado continuidad , y por otro un cambio de estrategia para mostrar renovación.
El relevo, cuyo alcance aún está por determinar -no está cerrado cuántas personas saldrán de Urbanismo en este proceso-, se produce sin que se hayan cerrado dos de los grandes lastres del Gobierno local: la Encarnación y la ampliación de Fibes. Ninguno de los dos proyectos tienen aún presupuesto ni plazos cerrados, y en ambos casos la salida de Celis se produce sin concluir una línea de trabajo que ha cambiado por completo la estrategia de su predecesor, Emilio Carrillo. De ahí la inquietud expresada ya ayer por colectivos como los placeros de la Encarnación: "Esperemos que este cambio no afecte a la inauguración del mercado".
Durante un año y medio, el peor de la crisis, Celis ha ejercido de interlocutor ante el sector privado y el público en negociaciones que ni mucho menos ha podido resolver. Urbanismo llevaba meses intentando trazar un marco de co-financiación con empresas privadas para la explotación de nuevas bolsas de suelo y para poder alcanzar los objetivos de construcción de VPO. En el camino ha descartado todo el modelo de concesiones privadas -con operaciones pendientes de rescate del mercado de la Puerta de la Carne y de rediseño de la Ciudad del Empleo-, ha visto caer proyectos como Cruzcampo y ha sido incapaz de afrontar negociaciones que deben al menos esbozarse antes de 2011 como el futuro de Tablada y Altadis.
El Ayuntamiento cambiará de interlocutor también con las administraciones en negociaciones determinantes como el diseño del Metro, la ampliación del tranvía o la Ciudad de la Justicia. Su situación es paradigmática: tras años de parálisis, todo vuelve a empezar de cero en la Junta y en el Consistorio.
