La bióloga Astrid Vargas abandona el programa de cría en cautividad del lince ibérico que dirige desde 2003 y que, con 78 ejemplares, supera las previsiones establecidas, por lo que, asegura, puede "mantener el compromiso adquirido nacional e internacionalmente" de reintroducir en la naturaleza felinos nacidos en cautiverio a partir de este año.
En su carta de despedida, confiesa que "necesita un descanso" para coger fuerzas antes de retomar el camino profesional que dejó en suspenso, inicialmente para tres años que finalmente han sido seis y medio.
Afirma que "a pesar de los altibajos sufridos", el programa "tiene la estructura, los equipos humanos y la solidez para continuar adelante con los objetivos establecidos". El equipo está integrado por el coordinador de la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince Ibérico, José María Ollet, que trabaja en el Ministerio; el coordinador del Comité de Cría, Iñigo Sánchez, del Zoo de Jerez.
El consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, sólo pudo expresar su agradecimiento a Vargas porque "ha sido clave en el programa del lince". Reconoció sentirlo porque "ha sido una colaboradora extraordinaria" y confió en que el equipo formado continúe su trabajo.
Sin embargo, organizaciones ecologistas como WWF y Ecologistas en Acción temen que su marcha suponga un recorte en el programa. Por su parte, el director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo, lamentó que "no se la ha tratado por parte del Ministerio con la deferencia que una persona de su talla y con la labor que estaba haciendo se merecía".
La marcha de Vargas se ha conocido el mismo día que la muerte de un lince macho en la Sierra de Andújar enganchado en la valla de una finca, el sexto desde 2009 en una zona con 165 ejemplares.
