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El mal tiempo agua la Fiesta Nacional

Los Reyes presidieron el domingo el desfile del Día de la Fiesta Nacional, que no contó con exhibición aérea por el mal tiempo. Sin duda, el momento más emotivo fue el homenaje a los caídos, que contó con la presencia de los familiares de militares y guardias civiles fallecidos el último año. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 16:40 h.

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Los Reyes presidieron el domingo el desfile del Día de la Fiesta Nacional, que no contó con exhibición aérea por el mal tiempo. Sin duda, el momento más emotivo fue el homenaje a los caídos, que contó con la presencia de los familiares de militares y guardias civiles fallecidos el último año.

Unos 4.600 hombres y mujeres participaron en el desfile en el que se exhibieron por el paseo de la Castellana unos 250 vehículos, entre carros de combate, acorazados y los nuevos vehículos blindados Lince que se están enviando a las misiones en el exterior. Se vieron muchas caras femeninas, dado que la mujer celebra también este año el 30 aniversario de su llegada al Ejército.

Ni los 150 ultras, ni los 400 antifascistas que se manifestaron ayer en Tarragona lograron deslucir el día más que el cielo encapotado y la constante amenaza de lluvia con la que llegaron los Reyes a la Plaza de Colón hacia las 10.30 horas, acompañados por los Príncipes de Asturias, los duques de Palma y la infanta Elena. Tras recibir los honores de ordenanza, don Juan Carlos, junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los presidentes del Congreso, José Bono, y del Senado, Javier Rojo, realizaron el homenaje a los que dieron su vida por España, que contó con la participación de 16 familiares de los 20 militares y guardias civiles fallecidos desde el 12 de octubre del pasado año.

Entre ellos, la viuda y el hijo del brigada Luis Conde de la Cruz, asesinado en atentado de ETA en Santoña, los familiares de los dos militares muertos en Bosnia a finales de junio, en Kosovo y en Líbano, así como de los dos guardias civiles asesinados en Capbretón (Francia).

Desfilaron las banderas de 13 países, entre ellos la de EEUU, presente por tercer año consecutivo. Pero el mal tiempo obligó a suspender el tradicional desfile aéreo, en el que iban a participar 73 aeronaves.

También se eliminó del programa el salto desde un helicóptero sobre la Plaza de Colón, en el que soldados de la Brigada Paracaidista trasladaban a tierra la bandera nacional. El desfile lo abrió la sección de motos de la Guardia Real, a la que siguió el Mando y Estado Mayor de la Brigada Infantería Acorazada Guadarrama XII y la Agrupación Motorizada. La Unidad Militar de Emergencias dio paso a la compañía de la Guardia Civil.

A continuación se exhibieron carros de combate Leopard y Pizarro. Militares de la Brigada Paracaidista, la Brigada Ligera Aerotransportable, el Mando de Operaciones Especiales y la compañía Esquiadores-Escaladores de la Jefatura de Tropas de Montaña Aragón finalizaron esta parte del desfile.

A continuación aparecieron los más aplaudidos, la Legión, con su peculiar marcha de 160 pasos por minuto y la cabra como mascota. Tras ellos, los Regulares, con su marcha a cámara lenta. Cerraron el desfile las unidades a caballo, compuestas por la Sección Hipomóvil de la Guardia Real y el Escuadrón de Sables de la Guardia Civil.

Al término del desfile, todos los invitados se dirigieron al Palacio Real a la recepción ofrecida por los Reyes, a la que faltó el presidente del Gobierno porque debía asistir a París a una reunión de la zona Euro para tratar la crisis financiera. Precisamente, Don Juan Carlos reconoció a los asistentes que "hay que aguantar el tirón". Y apostó por una respuesta coordinada de la UE frente a la crisis.

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