Solo en Sevilla, la ONCE da trabajo a tanta gente como Leroy Merlín en toda España: casi 7.000 personas. La organización más singular y ejemplar de este país no solo ha logrado escapar sana y salva de la apocalíptica crisis que ha destruido el estado del bienestar y devastado el país para los próximos quince años, sino que encima mejora sus cifras. Si en 2008, al comienzo de esta gran catástrofe artificial, había 5.902 empleados de la ONCE en Sevilla, 19.895 en Andalucía y 119.365 en toda España, estas tres cantidades han aumentado en la actualidad a 6.946 en Sevilla, 24.341 en la región y 136.000 trabajadores a escala nacional. Se ve que la absoluta excepcionalidad que representa la ONCEa escala mundial lo ha hecho resistente (al menos, de momento) al neoliberalismo y a su imperativa y despiadada lógica financiera. Si algún creyente quiere interpretar estos datos en clave de milagro, no será el Vaticano el que les quite la razón. 
Menos aún, si se tiene en consideración que el número de personas que directa e indirectamente se ganan la vida gracias a esta institución viene a ser el mismo que si se suman los empleados de Repsol, El Corte Inglés, Mercadona, Endesa y EADS-CASA en todo el país, según el ranking de empresas españolas de 2013. Desde la ONCE se comentaba a este diario que parte de dicho éxito tiene que ver con un modelo para el que no hay referentes en el resto del mundo:más allá de las fronteras españolas no existe nada que se le parezca siquiera remotamente.
La última memoria anual de la organización señala que la figura del cuponero no es la única que compone el elemento laboral de la casa, aunque sea la más visible en las calles: en materia de atención a las necesidades sociales, ya son más de 1.800 profesionales, entre maestros, psicólogos, terapeutas, rehabilitadores, instructores de tiflotecnología (tecnología aplicada al instrumental que usan los ciegos) y trabajadores sociales, entre otros. En este aspecto, es importante señalar que a estos profesionales se les hace un plan anual de formación específica, para que vayan actualizando conocimientos y técnicas, compartan experiencias innovadoras y análisis de buenas prácticas y se estudien los métodos de trabajo.
Desde un punto de vista aparentemente sentimental, pero que está lejos de ser anecdótico, cabría hablar también de otros cerca de mil trabajadores más, aparte de todos los citados y los omitidos: los 989 perros guía que a día de hoy forman parte del personal que se ocupa de que los ciegos tengan una integración social plena. En buena parte, gracias a estos lazarillos se puede hablar hoy entre los afiliados a la ONCE de 339 autoempleados, 810 empresas privadas creadas por ellos, 705 trabajando en las administraciones públicas, 80 en la nómina de las oenegés, 660 en centros ocupacionales... aparte, claro está, de los 19.818 cuponeros repartidos por España, una cuarta parte de ellos en Andalucía.
Hablando de cuponeros: un dato que hasta ahora no se había publicado señala que en el sorteo especial del 11 de noviembre las ventas han sido por valor de 2,8 millones de euros, lo cual supone un 11,75% más que en la misma convocatoria del año pasado. Habrá quien piense que está claro: la crisis hace que las familias compren más cupones, a ver si de ese modo (ya que parece no haber otro ni se le espera) se sale del atolladero aunque sea por la tangente. Pues bien: no es así. En un solo año, las ventas de cupones diarios han caído un 7,3%, y un 4% las del cuponazo de los viernes. Ello hace especialmente meritorio el que la situación laboral vinculada a la ONCE no solo haya resistido sino incluso mejorado anualmente.
Desde la ONCE, que este año cumple 75 de vida (y 25 su fundación homónima), se recuerda que el jurado del Premio Príncipe de Asturias la consideró merecedora del mismo en atención a una extraordinaria labor que, durante más de tres cuartos de siglo, ha realzado la dignidad y calidad de vida promoviendo la integración social de millones de personas con discapacidad en España, sirviendo así de ejemplo a numerosas iniciativas internacionales que han seguido esta valiosa experiencia. Ahora de lo que se trata es de que no se entere de esto la Troika, ni el BCE, ni el resto del monopoly financiero. No por nada. Es solo para mayor tranquilidad.
