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El Niño de Marchena o el arte de emular a los pájaros

El 4 de diciembre se cumplen 34 años de la muerte de José Tejada Martín, que hizo célebre el sobrenombre artístico del Niño de Marchena.

el 03 dic 2010 / 08:54 h.

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  • Mañana sábado se cumplen 34 años de la muerte de José Tejada Martín, que hizo célebre el sobrenombre artístico del Niño de Marchena. No podemos decir que sea un artista olvidado, porque sigue vivo en la memoria de quienes le conocieron y muy presente en la de los aficionados de buen gusto.

    Sin embargo, desde el punto de vista institucional sí está dejado de la mano porque apenas se ha hecho nada por reunir su obra discográfica, como se hizo en su momento con otros artistas, como fueron Antonio Mairena, Manuel Torre, Tomás Pavón o la Niña de los Peines. Marchena no ha sido menos que estos genios, pero el marchenismo se ve que tiene poca fuerza entre los gestores culturales andaluces.

    ¿A qué puede obedecer esto? Marchena fue una estrella, un artista de éxito, que se olvidó bastante de cultivar su arte entre esa minoría de aficionados que, curiosamente, ejerce un gran poder. Marchena se movió siempre entre una cohorte de aduladores, de entusiastas de su arte, de personas que disfrutaban de su música de noche y de día. Su idea de la inmortalidad no la tuvo tan desarrollada como Mairena, quien cuidó su obra discográfica sabiendo que su legado sería la base para varias generaciones de intérpretes del cante, como así ha sido.

    Marchena comenzó a cantar siendo un niño de 6 o 7 años de edad y tuvo la inmensa suerte de codearse pronto con los más grandes del cante, desde Fosforito el de Cádiz hasta Tomás Pavón, sin olvidarnos del gran Chacón, que fue siempre su referencia. Cuando Chacón lo conoció en Sevilla, en El Novedades, le apodó La Vieja, de lo mucho que sabía el chiquillo de Rita y Perea. Pastora lo conoció también muy pronto y le llamaba El Gachorcito. Sin embargo, quien se hizo cargo del pequeño genio fue el cantaor trianero Rafael Pareja, al que Pepe se refirió siempre como su padrino artístico, y el que en 1921 lo llevó a Madrid para que dejara patidifusos a los aficionados de la villa y corte.

    Pareja descubrió en el chaval unas cualidades excelentes para el cante y le montó muchos cantes por fandangos y algunas soleares trianeras, alcalareñas y gaditanas, así como seguiriyas de creadores jerezanos y gaditanos, y cantes de levante, en los que el marchenero fue un verdadero revolucionario, siguiendo la línea estilística y musical de Chacón, el Cojo de Málaga y Escacena. La flamencología lo encasilló pronto en los fandanguillos, los estilos levantinos y los de ida y vuelta, pero en la extensa obra discográfica del maestro hay pruebas irrefutables de que dominó una gama importante de estilos, como la caña, la petenera, la saeta, la malagueña, la granadina, etc.

    La Peña Flamenca de Marchena, demostrando una vez más su fidelidad a los grandes artistas de este pueblo, clausura mañana unas jornadas con las que ha recordado a este genio. Esta misma noche actuarán el cantaor onubense Guillermo Cano y el buen guitarrista cordobés Jesús Zarrias, que ilustrarán una conferencia de Antonio J. Hidalgo Sevillano.

    Mañana tendremos el enorme placer de clausurar este homenaje al Maestro, con la colaboración del cantaor cordobés Juan de Juanes y la guitarra de Antonio Centenera. Será en el local de la Peña Flamenca a las 21.30 horas.

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