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'El PP ha usado la cacería de Jaén para echar basura sobre el ministerio fiscal'

La cacería en la que el ministro Bermejo coincidió con el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, fue una actividad de recreo "normal" y "oportuna" que ha derivado en "inoportuna" e "inapropiada" por la utilización que de ella ha hecho el Partido Popular.

el 15 sep 2009 / 22:46 h.

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L. Blanco / A. Delgado-Roig

La cacería en la que el ministro Bermejo coincidió con el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, fue una actividad de recreo "normal" y "oportuna" que ha derivado en "inoportuna" e "inapropiada" por la utilización que de ella ha hecho el Partido Popular.

No hay más, dijo ayer el titular de Justicia. Que nadie busque tramas ni confidencias, nada que ligue su encuentro con la actuación del magistrado contra altos cargos y colaboradores del PP por una supuesta trama de corrupción dedicaba a sobornar a cargos públicos para obtener contratos y adjudicaciones. "No hubo nada", repetía el ministro ante el atril de su conferencia.

Sin ambages, aunque algo cansado de la polémica, Mariano Fernández Bermejo acusó al PP de "echar basura" al ministerio fiscal al poner en duda su profesionalidad e insinuar que la Justicia coquetea con la política, impidiendo la independencia básica de los jueces. "Este acontecimiento se ha usado de manera torticera, falaz, falsaria y vergonzante, como munición gruesa contra las instituciones", añadió el ministro. "Queda claro que hay municiones más peligrosas que las que se usan en una montería", ironizó.

Acusó al PP de atacar con la sola intención de crear una "cortina de humo" que oculte su crisis interna, tanto de "luchas de poder" como de "liderazgo puesto en duda", pero les recordó que "ni la sal gorda ni la munición gruesa ni la sobreactuación" le servirá para "curarse". "Que miren hacia dentro. El problema no es Bermejo. El problema es PP contra PP", zanjó.

Pero antes de la andanada contra el principal partido de la oposición, el ministro aportó detalles de la famosa cacería, los que le lleva reclamando la opinión pública desde hace días. "Es bonito decir mentiras, pero ésta es mi verdad", dijo a modo de introducción. Después llegaron los datos: asegura que le propusieron acudir a una cacería de venados porque es buen aficionado, con "50 años de escopeta y perro" a sus espaldas. Dice que tardó en saber que se celebraría en Andújar (Jaén), que pagó "religiosamente" los mil euros que costaba su puesto, que quedó con sus amigos y allí se vieron. Sostiene que en la cacería participaron entre 50 y 60 personas, y que el encuentro con el juez Garzón fue una anécdota. No hubo, garantiza, "ni una sola alusión" a los trabajos de cada cual y menos a la investigación del magistrado sobre el escándalo del PP. Y tampoco, contrariamente a lo difundido por los populares, se produjo un encuentro privado entre ambos. "Las alusiones fueron a lo que nos llevó allí, a la caza de venados", insistió Bermejo.

Con la misma rotundidad negó el ministro que tuviera conocimiento previo de la trama popular antes de que la destapara el juez Garzón la pasada semana. Dice que en sus tiempos de fiscal en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) no tuvo conocimiento de ningún detalle del presunto caso de corrupción, que abandonó su cargo en julio de 2003 y que no hay nada que lo relacione. Fue tajante en su respuesta. "No hay lugar para las dudas", sentenció.

Un experto. El ministro hasta tuvo tiempo para hacer un alegato a favor de la caza -"Sí, ahora sí, lo voy a confesar ya que todo está dicho. Me gusta la práctica cinegética, y mucho"- y para regodearse en su práctica. "Yo tengo un perro con el que me voy al campo, y también eduqué antes a su padre y a su abuelo. Soy de los que son capaces de darse una paliza por un par de perdices, aunque no desdeño otros manjares, como el venado, cuando toca", defendió. Eso sí, Bermejo se definió como "buen cazador pero mal tirador". Entre los asistentes a Los diálogos de El Correo quedó claro, al menos, que con las palabras, con su verbo incontenible, acelerado y firme, sí que dispara. Y tira a dar.

Su polémica jornada de asueto, sumada a la huelga de jueces de mañana, ha llevado a los populares a amenazar incluso con romper el Pacto de Estado por la Justicia. Bermejo oye la pregunta del director, resopla y niega con insistencia. "Estamos trabajando bien, hemos estado donde hay que estar, no es razonable que en este momento histórico que estamos viviendo se acuda a un expediente tan poco fino sólo por un hecho inoportuno... Creo que no hablan de romper, sí de dejar en suspenso. Da igual, todo es una cortina de humo", concluyó.

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