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El primer fichaje de la próxima temporada

En cuanto ha tenido una mínima continuidad, Cala ha cogido el testigo y no parece
dispuesto a soltarlo. El canterano se está ganando su objetivo, el salto a la primera plantilla.

el 17 abr 2010 / 22:04 h.

Juan Torres Ruiz Cala es futbolista. No se va a quedar en el camino ni se va a perder en el largo trayecto que le queda por recorrer. Tiene pasta. Y no por los tres goles que ya ha marcado en Primera, sino por las sensaciones que transmite, en el campo y fuera de él. Tiene las cosas claras y capacidad y voluntad para desarrollarlas. Ahora vive su momento de efervescencia, de protagonismo, pero ya sabe lo que es ver peligrar casi su carrera por una grave lesión. Ya ha vivido el vaivén del primer equipo y del filial y ha sabido esperar su oportunidad, aunque en un puesto que no es el suyo.

Resulta curioso que después del dineral que se ha gastado el Sevilla en buscar un inquilino fiable para el lateral derecho tras la marcha de Daniel la mejor opción de la temporada surja de manera casi fortuita, de la casa y sin desembolso alguno. Cala no ha jugado en su vida de lateral diestro. Lo ha hecho de central y de mediocentro. Por eso sorprende el nivel que ha mostrado. Desde luego, de momento ya ha convertido en demasiado caros los tres millones de euros que vale hacerse en propiedad con Stankevicius. Nada demuestra que el de Lebrija no pueda dar las mismas prestaciones, de hecho las está dando, incluso mejores, que el lituano. Esto no quita que la dirección deportiva deba buscar un lateral diestro más completo y de más nivel, pero ya sabe que Cala está ahí para solucionar la papeleta si surgen los problemas, que siempre surgen.

Negredo probablemente disputó ayer los mejores minutos de sus últimas actuaciones. Cierto que con el partido decidido y el partido sentenciado, pero puso ganas. Sería que la medio pitada de la afición picó su orgullo. El madrileño tiene calidad y capacidad suficiente para triunfar en el Sevilla, pero debe corregir, más que estados de forma, estado mentales. De una implicación total a una ansiedad casi exagerada y luego a algo parecido al pasotismo. Necesita regularidad, en todos los sentidos.

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