El rinconero Antonio Sánchez siembra y vende patatas al por mayor por toda España. Este papero, como le gusta que le llamen, se ha puesto como reto la celebración una vez al año de la Fiesta de la Patata para dar a conocer un producto que, dice, es de lo mejor que tiene La Rinconada.
Este productor y vendedor de patatas quiere poner a este tubérculo en el lugar que se merece, pues tal y como comenta "todos conocemos el jamón que se produce en Jabugo y no solemos reparar en la importancia que para nuestra localidad tiene la patata". Y es que, asegura, una de las cosas por las que se reconoce a La Rinconada "a nivel nacional es por sus buenas patatas, hay que reivindicar esta marca rinconera".
Antonio produce al año unos 10 millones de kilos de sus Patatas Sánchez que vende por toda España, además de comercializar también su semilla y la siembra. Para darle a este modesto tubérculo el lugar que a su juicio merece, recientemente celebró la Fiesta de la Patata en el restaurante La Tahona del núcleo de San José. Allí se elaboró una tortilla gigante de 50 kilos, para lo que fueron necesarios 400 kilos de su patatas, una verdadera fiesta a la que pudo apuntarse todo el que quiso.
El encuentro se saldó con bastante éxito y fue, según este papero (que es como le gusta que le llamen), "un primer paso para que todos reivindiquemos la patata como un producto made in La Rinconada". De hecho, quiere dar una vuelta de tuerca y para el año que viene se propone realizar esta fiesta por todo lo alto. "Me gustaría que mi pueblo disfrutase con sus productos típicos" y que fuese más conocido fuera por el que considera que es su "producto estrella".
historia. Y es que tirando de archivo asegura que, "antiguamente, en la provincia de Sevilla sólo se sembraban patatas en La Rinconada, por el clima de la zona y las características del suelo, y es importante para nuestra historia y patrimonio conocer estos detalles".
Antonio Sánchez trabaja desde 1976 en la comercialización de patatas. En 1993 creó la empresa Patatas Sánchez, en la que trabaja su familia al completo. Desde entonces, todo el año está al cuidado de la cosecha. El ciclo comienza en noviembre con la venta de semillas, para al mes siguiente sembrar las 40 hectáreas que posee en La Jarilla. En breve lo que toca es la comercialización de un producto por el que, insiste, La Rinconada tiene que sacar pecho.
