Dicen los agricultores que el agua del Guadalquivir está matando el arroz, saturada de sal por los "continuos dragados" de Costas y el Puerto. Dicen que la cosecha peligra, que el cultivo puede quedar arrasado. Por eso se echarán a la calle y a los juzgados. Buscando culpables, buscando sobrevivir.
Julián Borja, presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla (FAS), ofreció ayer una dura rueda de prensa en la que acusó a la Jefatura de Costas -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente- y a la Autoridad Portuaria de Sevilla de dragar el Guadalquivir y duplicar así la salinidad de sus aguas, que ya presentan concentraciones de cinco gramos por litro.
Así no pueden regar, porque "el agua se carga el grano", con lo que la cosecha, de 180.000 toneladas, está "a punto de perderse". Previendo un daño "irreparable" en sus economías, han solicitado al Gobierno central toda la información relativa a autorizaciones de dragados, fechas de ejecución y cantidad de tierra removida. Por qué y para qué se ha dragado "intensivamente" el río.
Y si detectan la más mínima irregularidad, la más mínima laguna, acudirán a los tribunales contra los responsables. "No hay duda de que el Puerto [y su proyecto de esclusa y dragado] tiene mucho que ver en esto (...). Hay muchas vidas que dependen del arroz, y tendrá que pagar quien hace daño, no nosotros", adelantó Borja.
Antes de dar ese paso, mientras esperan los 15 días de plazo legal para recibir respuesta de Medio Ambiente, los arroceros comenzarán a movilizarse la próxima semana para concienciar del problema que vienen arrastrando desde enero; fue entonces cuando saltaron las primeras alarmas por la elevada salinidad del agua, cuando los primeros pescadores comenzaron a comentarles que la velocidad del río por la entrada excesiva de agua de mar complicaba la faena, cuando aseguran que vieron cómo se dragaba el tramo de río comprendido entre Trebujena y Sanlúcar para sacar arena destinada a las playas de Málaga.
Los arroceros, que prometen un "verano caliente" si no se asumen responsabilidades por el daño infringido al río, se manifestarán en Sevilla y no descartan acciones sorpresivas en próximos días. "Ya hemos tenido que sacrificar el 50% de la cosecha por falta de agua y en estas condiciones no aguantamos más", afirman. El mal no sólo acecha a los arroceros, añadió Borja, sino que también pende de un hilo la producción de cultivos acuícolas de las márgenes del Guadalquivir.
Incluso, aseguran que se está teniendo que inyectar ozono en el agua para evitar la muerte masiva de peces por falta de oxígeno. Esta salinidad, unida a la turbiedad del agua, que se ha incrementado "hasta un 500%" en estos meses, hace que Borja hable de "alerta roja".
Da igual, asevera, que se vayan a invertir 250 millones de euros en la modernización de canalizaciones y riego. "Si el agua es mala, no nos sirve. El río se ha vuelto una ría, se ha vuelto voraz", repite. Tampoco soluciona nada la inyección de 200 hectómetros cúbicos más de agua, pactada con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Pese a la ayuda, a veces hay que parar hasta 12 horas las estaciones de bombeo, atascadas por el exceso de sal.
La denuncia de la FAS encontró eco en Feragua, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, que expresó su "solidaridad y apoyo" a las protestas y acciones legales que se avecinan. No lo ve igual, claro, la Autoridad Portuaria de Sevilla que, como ya avanzó este diario, niega que esté realizando dragados indiscriminados, causantes de ese incremento de sales.
Fuentes del Puerto informaron que "no se ha realizado ningún tipo de dragado en el río, ni de profundización ni de mantenimiento". "Este asunto no tiene nada que ver con el Puerto de Sevilla, ya que el estado del río no se debe a la realización de los dragados, sino que se deberá a otras circunstancias", explicaron las mismas fuentes.
Sí reconocen que cada año y medio o dos años se hacen dragados de mantenimiento. De esos sí que están informados en WWF/Adena, como reconoce Juan José Carmona, su portavoz en Sevilla. Los ecologistas no tienen constancia de otros dragados de importancia, ni han recibido quejas de los pescadores. Ante la alerta de los arroceros, sin embargo, van a pedir "urgentemente" nuevos informes.
