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El SAS comercializa una herramienta para ensayar cirugía en realidad virtual

el 08 sep 2011 / 11:56 h.

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  • El Servicio Andaluz de Salud (SAS), a través de la empresa privada Ikiria, comercializará una herramienta diseñada por el equipo del doctor Tomás Gómez Cía en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla que permite ensayar en realidad virtual operaciones a partir de imágenes en 3D del propio paciente obtenidas de pruebas como resonancias magnéticas o TAC.

    La herramienta se ha aplicado ya en 375 intervenciones de cirugía plástica reparadora, máxilofacial o neurocirugía realizadas desde 2005 en el hospital sevillano, entre ellas el primer transplante de cara practicado en enero de 2010. El objetivo ahora es trasladar el conocimiento científico generado en el sistema público sanitario al mercado, según explicó la consejera de Salud, María Jesús Montero.
    La empresa andaluza Ikiria, creada en 2010, será la encargada de la comercialización de esta herramienta, denominada Ayra. Según su director, Jesús Gábana, ya están a punto de cerrarse la venta a Galicia, Cataluña y la región italiana de Lombardia, mientras que también se han interesado por ella países sudamericanos como Venezuela o Panamá y otras comunidades españolas.

    La previsión es que en cinco años, la comercialización de esta herramienta reporte al SAS dos millones de euros que, según Montero, se reinvertirán en nuevas investigaciones biomédicas. Además de su comercialización, se implantará en los hospitales de referencia andaluces con este tipo de cirugía, el primero de ellos el Reina Sofía de Córdoba.

    El doctor Tomás Gómez Cía, uno de los artífices y usuario de Ayra, explicó que las ventajas de esta técnica es que permite reducir los riesgos de la operación y su duración, ya que los médicos ensayan en realidad virtual pero con datos del propio paciente la intervención. Se trata, explicó, de sustituir lo que siempre se ha hecho con cadáveres por la realidad virtual, con la ventaja de que se trabaja con parámetros extraídos de la persona a la que realmente se va a operar.

    "Nos permite predecir lo que nos vamos a encontrar y reducir imprevistos", destacó Gomez Cía. Mejora la seguridad del paciente pero también tiene un beneficio económico al reducir el tiempo que dura la intervención y por tanto permitir que un mismo quirófano se pueda usar más veces.

    Aunque hasta el momento se ha usado sobre todo en cirugía plástica reparadora y máxilofacial, el doctor Gómez Cía -cirujano plástico- destacó que es aplicable a todo tipo de intervenciones quirúrgicas de neurocirugía, traumatología o urología. En el caso de la cirugía plástica, permite además al paciente saber cómo va a quedar y tomar una decisión. Las clínicas privadas de esta especialidad son también un mercado para Ayra.

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