Cualquiera lo diría pero sí, los riegos del verano se extienden hasta las mismas puertas del mes de diciembre. El seco otoño ha obligado a la Confederación Hidrográfica el Guadalquivir (CHG) a extender la campaña de regadíos hasta el día 30 de noviembre, cuando tenían que haber finalizado a mediados del pasado septiembre cuando la necesidad de agua es menor en el arroz y tras haberse prorrogado previamente. Este mantener abiertas las compuertas es posible dado el aceptable nivel de recursos hídricos que tienen los pantanos de la cuenca, según explican en su organismo regulador. Siempre que sea posible, comentan, pero así será puesto que, matizan, es excelente el porcentaje medio del agua embalsada, en especial en los pantanos de la regulación general del río, cuyos recursos se destinan preferentemente a la agricultura. En la decisión ha pesado también el hecho del seco arranque del actual año hidrológico comenzó el 1 de octubre. Así, la precipitación media registrada en la cuenca durante octubre fue de 38,6 l/m2, cuando el promedio histórica del mes se sitúa en 65,3 l/m2. A lo largo de los días transcurridos de noviembre, asimismo, la pluviometría ha sido prácticamente nula en la mayor parte de la cuenca. De hecho, generalizado es el retraso de las siembras de los principales cultivos de invierno, como los trigos o las cebadas. Y todo esto ha motivado que las comunidades de regantes, que finalizaron la campaña de riego sin agotar los volúmenes autorizados por la Comisión de Desembalse celebrada en el mes de mayo, hayan solicitado a la CHG la prolongación de la misma. En el caso de la provincia de Sevilla, lo cierto y verdad es que los principales cultivos de riego han finalizado la campaña. El último en recolectarse ha sido el arroz de las marismas, que también es el que más agua absorbe. Frutales y olivar son ahora los mayores beneficiarios. A día de ayer, el nivel medio de los pantanos ascendía al 78,66 por ciento, con un 80,47 por ciento en la regulación general. Y este nivel aconseja aliviar agua para así evitar riesgos (inundaciones por desembalses masivos) con las lluvias del invierno.
