Estoy viendo en casa de mi amigo Juan María, por cadena de pago, (por cierto, maravillosamente retransmitida y con su poquito de sociedad) los toros de esta feria y me sorprende la cantidad de gente que se ve en el callejón. No sé lo que harán, dirán o mangarán para que los dejen pasar, y muchos repitiendo tarde a tarde. No sé si al igual que el palco del Labradores, de la Audiencia, de Capitanía?, alguien tiene el callejón como palco/cortijo para invitar, alternar o quedar bien; pero lo cierto que el referido y privilegiado callejón de la plaza y la Alfalfa el Martes Santo están así, así de gente por igual.
Por todo, y porque la envidia es el peor de los pecados, pues es el único que no da placer, sino dolor, no tengo otra solución que encomendarme a Dios.
Oración: Te rogamos Señor, acogiéndonos a tu divina bondad, concedas a Eduardo Canorea o, en su defecto, Santiago Ellauri, la magnanimidad de que se acuerden de mi en esta feria o, en su caso, la venidera de 2010, y me otorguen la gracia de acceder, aunque sea en una sola corrida, al glorioso callejón de la Maestranza, prometiendo, en prueba de mi modestia y humildad, a taparme disimuladamente la cara ante cámaras, tanto de la televisión como de la prensa. Por Cristo, Nuestro Señor, Amén. Récese a continuación un padrenuestro y un avemaría.
