"En la cárcel procuraba bailar cada día. Allí dentro hice muchos amigos y me trataron muy bien. Me dejaron un cuartito donde me podía poner una tablita y las botas para poder bailar porque les expliqué que ése era mi trabajo y no podía estar tanto tiempo sin hacerlo". Fue uno de los recuerdos que relató ayer el bailaor Juan Fernández Montoya, Farruquito, de su estancia en la cárcel de Sevilla. El bailaor fue condenado a tres años de prisión por el atropello mortal de Benjamín Olalla en septiembre de 2003 y obtuvo la libertad condicional en enero de 2009 después de casi seis meses utilizando una pulsera de control telemático que le permitía dormir fuera de la cárcel al estar controlado por tal dispositivo. Farruquito cumplió en enero la pena a la que fue condenado.
Farruquito aseguró que tenía carnet cuando atropelló a Olalla, pero no era válido. "Me lo había sacado poco antes en México, donde estuve trabajando tres meses. Siempre me habían dicho que era válido en España pero la Policía española me dijo que no tenía validez y por eso me callé y nunca comenté esto".
El bailaor, en declaraciones al programa La Ventana, de la Cadena SER, aseguró que, ahora que ha cumplido su condena, está comenzando "una nueva vida", cosa que hace "con todo el ánimo del mundo". "Tengo 27 años y estoy empezando a vivir", apuntó Farruquito.
El bailaor tuvo palabras también para quienes "me puedan llegar a odiar, pero por mucho esfuerzo que se haga por entender a los demás sólo Dios entiende a cada uno porque sólo él sabe lo que hay en nuestros corazones", dijo, y añadió: "No deberíamos nunca atrevernos a juzgar a otras personas porque somos humanos y todos cometemos errores. Yo he pagado error y sigo pagándolo con intereses, aunque no todo el mundo tiene que comprenderte".
El bailaor valoró el apoyo que ha recibido de su familia durante todo el proceso y su estancia en prisión y, tras ser preguntado si ha recibido un trato de favor por la justicia por ser famoso, respondió: "Preguntad a mi familia si creen que estuve menos tiempo en la cárcel por ese motivo. Ellos dirán que soy la primera persona encarcelada por un delito así. La opinión de la gente son eso, opiniones. A mí las opiniones que me importan son las que tenga Dios de mí y las de la gente que me conoce y que me quiere", sentenció.
Apoyo de la familia. "Mi familia y mis amigos estamos muy unidos, para cualquier cosa contamos unos con otros. Siempre he tenido a mi familia, siempre me han apoyado y aconsejado", señaló Farruquito, quien recordó que desde muy pequeño ya comenzó su carrera artística: "Con 18 años se fue mi padre y me quedé con la compañía y con la familia a mi cargo. Siempre he intentado ser joven aunque esta profesión te roba mucho de tu infancia: a los cinco años bailé en Broadway y ya no paré. Pero esto es una forma de vida, una forma de ser, no podemos vivir de otra manera, sin música, sin bailar, sin arte".
Ahora, tras salir de prisión y tras la presentación de su nuevo espectáculo -Puro-, el bailaor ha vuelto a reencontrarse con su público: "El público que me ha tocado ha sido muy cariñoso. Hemos tenido mucha aceptación y siempre nos han recibido con los brazos abierto", recordó.
Farruquito anunció que tiene la agenda repleta: "El 1 de marzo actuamos en Jerez y el 15, en Barcelona, en el Liceo, un lugar donde me hace mucha ilusión bailar porque nunca lo he hecho", añadió el bailaor."Antes me incomodaba hablar sobre mi estancia en la cárcel; ahora que ya he pagado por ello lo hago con más naturalidad para que quien me escuche diga: ‘Ya está bien. Vamos a dejar que esta persona siga para adelante porque tiene derecho", concluye el bailaor.
