Economía

«Es más fácil vender pepinos que una exposición de Sánchez Mejías»

Es socio de Estudio Puerta de Tannhauser, una iniciativa creativa y de gestión cultural especializada en la producción de exposiciones que comparte con otros dos socios. Ahora quiere llevar sus muestras a otras regiones e incluso cruzar el Atlántico

el 29 may 2010 / 16:00 h.

José Lucas Chaves en la sede de Estudio Puerta de Tannhauser, en el sevillano barrio de Los Remedios.

-Su empresa pertenece a la industria cultural. ¿Cómo funciona una firma de este tipo?

-Somos tres socios, Antonio Fernández Torres, Carlos Fernández-Ángulo y yo. En Tannhauser llevamos la creación y comunicación cultural, aunque el producto estrella es el diseño de exposiciones. Hemos hecho algunas propias, como El vuelo de Alcatraz o Descubriendo a los descubridores, y otras encargadas, como una sobre piratas que está en el Archivo de Indias. Como empresa, intentamos cubrir diferentes áreas de trabajo dentro de la gestión cultural. Nuestro fuerte es éste, pero tenemos otras líneas de negocio, como audiovisuales, tanto guión como creación de salas, o diseño de imagen corporativa y de marca. Tannhauser se compone de profesionales que trabajan de manera autónoma y se unen para proyectos. Bebemos de Tannhauser y al revés. Apostamos por profesionales andaluces, algo que parece que está ahora muy en boga, pero que en la realidad no es así.

-Es un sector muy particular. ¿Cómo está en la actualidad?

-Ha cambiado mucho, porque se están produciendo muchos recortes. Para nuestro producto estrella, que son los proyectos llave en mano, buscamos financiación y patrocinio y actualmente en esto no se mueve nada. Para buscarlo, vamos desde la Consejería de Medio Ambiente hasta Renfe. Las ayudas y subvenciones llegan tarde, son escasas y no están bien dirigidas. Como las encaminadas a las industrias culturales del Ministerio, a las que sólo pueden acceder las organizaciones sin ánimo de lucro y las fundaciones. Es decir, que las empresas no. Es algo paradójico. Por eso nos reinventamos e intentamos abrir mercado y crear oportunidades. En 2010 hemos diversificado los frentes.

-¿En otros lugares?

-Estamos intentando abrir contacto con otras comunidades, como Aragón, Cataluña, País Vasco, Galicia y también con Latinoamérica (Chile o México). Esto último, con nuestras exposiciones de Ignacio Sánchez Mejías y de El vuelo de Alcatraz, que son retos para este año, no sólo porque allí pueda haber más posibilidades de financiación, sino porque queremos expandir este producto y, si no se puede en Andalucía, habrá que irse fuera.

-¿Hay mucha competencia?

-La hay. La cultura es un sector que se está reinventando y si en alguno hay creatividad es precisamente en éste. No hay tanta dentro de la creación de exposiciones como en la gestión cultural. Están abriendo muchas empresas que llevan en su mascarón de proa las TIC, las nuevas tecnologías, la asesoría cultural...

-¿Cuál es el perfil de cliente?

-Trabajamos mucho con el Ministerio de Cultura, con la Consejería del ramo y la de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Sevilla. El peso de las instituciones públicas es fundamental, pero también hemos tirado de organizaciones privadas.

-Ahora todas las empresas se quejan del cierre del grifo de los bancos. ¿En su sector es esto más significativo?

-Siempre que aparece la palabra cultura hay un rechazo. Es un tema muy serio. Al igual que desde GECA [Asociación de Gestores Culturales de Andalucía] estamos luchando por un colegio oficial de gestores culturales, o que un autónomo no encuentre un epígrafe donde se vea reflejado, eso se ve en todo. En la economía, en los bancos, en la sociedad... Somos un sector que es intangible. No somos una empresa que hace ruedas. Es más difícil de visualizar.

-Y de vender...

-Sí, porque yo te puedo vender la exposición de Sánchez Mejías, o del Vuelo del Alcatraz, pero claro, sigue siendo más fácil vender pepinos u olivos que eso. Desde la web se puede conocer perfectamente nuestra oferta en exposiciones. Luchamos porque se reconozca y se dé valor a todo esto. La competencia de la que hablabas es más de fuera de Andalucía, porque se sigue contratando más a empresas vascas, catalanas o madrileñas, cuando hay firmas muy cualificadas aquí. Una de las grandes cunas de la cultura y el arte es éstas. Cuando seamos capaces de darnos cuenta, en el mundo nos verán de otro modo. No somos conscientes de que en la cultura y el turismo está el gran potencial de nuestra tierra. Además, engloba al resto. Aquí sólo se mueve el tema del flamenco y los toros, que me encantan, pero que se debería abrir más. Lo pondría a la altura de la cartera de Obras Públicas.

-Ésta es una empresa de emprendedores jóvenes. ¿Aconsejaría a otros embarcarse en esta aventura?

-Depende de la personalidad de cada uno. Siempre que he podido me he tirado a la piscina porque estaba seguro de que sabía nadar, me da igual si el agua está fría o caliente. Me casé con 28 años porque sabía que podía hacerlo, aunque tenía pocas cosas en la mochila. Monté mi empresa justo antes porque sabía que podía vivir de esto, y actualmente con la crisis, un niño viene en camino y sé que lo voy a mantener. Recomiendo a aquéllos que quieran trabajar en lo que les gusta, que no tengan miedo. Un amigo me dijo hablando de la crisis que hay dos tipos de personas: los que lloran y los que venden pañuelos, y yo siempre voy a intentar vender pañuelos. Este año esperamos mantenernos.

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