La primera toma de contacto supo a poco. Un debate previsible que acabó en tablas entre los candidatos de PSOE, Juan Espadas, y del PP, Juan Ignacio Zoido, pero que permitió al cabeza de lista de los socialistas marcar una línea distinta y escenificar que las distancias no son insalvables. El candidato de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, no acabó de encontrar su sitio. Cada uno tenía asumido su papel y se ajustó a él. Zoido lo tenía más fácil: culpar al gobierno local de todos los problemas de la ciudad, denunciar un "modelo agotado" y diseminar en su discurso las irregularidades en las prejubilaciones de la Junta de Andalucía que han puesto contra las cuerdas al PSOE. El rol contrario fue el de Torrijos: una reivindicación constante de la gestión de los últimos años y de una ciudad que "está viva", una defensa del papel necesario de IU y una vehemente crítica a la "derecha oscura y negra" a la que tildó de "corneta del Apocalipsis". Y, en medio, un Espadas que se estrenaba en un debate con el difícil reto de defender la labor del Ayuntamiento con una visión autocrítica que asumiera "errores y fallos" y que le permitiera ofrecerse como "alcalde del futuro".
Y los tres consiguieron sus objetivos. El formato demasiado encorsetado, que no permitió interrupciones ni salidas de guión, dejó a cada uno lanzar sus mensajes y les permitió esquivar los dardos ajenos con demasiada facilidad. Zoido puso sus apuestas encima de la mesa desde el principio. Dos preguntas, que se repitieron en cinco ocasiones y que no obtuvieron respuestas concretas, salvo alguna contestación genérica del candidato socialista -"¿Dejarán ustedes gobernar a la lista más votada? ¿Permitirán una comisión de investigación sobre las prejubilaciones irregulares"?- y una propuesta que fue encajada con agilidad por el candidato socialista. El líder del PP propuso la creación de un distrito judicial en el Prado en suelos municipales, y Juan Espadas recogió el guante: "Estoy dispuesto a escuchar el plan y hablarlo". Un giro que le permite ofrecer un rostro distinto y de consenso, que reforzó en su turno de cierre: "Si no soy el alcalde estaré en la oposición llegando a acuerdos. Si lo soy, como usted ya ha dicho que se va, buscaré el consenso con el portavoz que esté".
Espadas, que no paró de mostrar tablas que pusieran en valor la gestión de Alfredo Sánchez Monteseirín -el gran ausente del debate al que prácticamente nadie mencionó- e imágenes de los proyectos de la ciudad, también mostró sus cartas: "Nuestros modelos son distintos, el PP va a derogar todo lo que se ha hecho. Vecinos de San Jacinto, les van a despeatonalizar la calle; vecinos del Centro; van a volver los coches a la Avenida de la Constitución; aficionados a las bicicletas, guárdenlas que se van a quitar los carriles. Y una pregunta: ¿Se compromete a defender el carácter público de todas las empresas municipales? ¿Y en Tablada? ¿Apoya un parque periurbano o volverá el modelo especulativo del pelotazo?". Torrijos desarrolló esta misma línea con una pregunta directa: "¿Está dispuesto a expropiar Tablada para hacer un gran parque periurbano?".
Los interrogantes sí tuvieron una respuesta, aunque eso sí, algo parcial por parte de Juan Ignacio Zoido: "Apuesto por una Tablada verde -sin entrar en cómo se llega a ella-; defenderé el carácter público de las empresas municipales. Y respecto a las peatonalizaciones y los carriles bici, se desarrollan en todas las ciudades. Pero hay que tener una oficina que coordine las obras".
Fueron episodios aislados de un relato escrito desde el principio. Desde las primeras intervenciones de cada uno de los candidatos, centradas en el principal problema de los ciudadanos: la crisis y el desempleo. "La ciudad se ha transformado -arrancó Espadas-, pero quedan problemas pendientes, se han cometido errores, y tenemos que salir de la crisis con el trabajo de todos (...) El pasado son los errores, yo soy el futuro". Turno de Zoido: "Sevilla no funciona. Desde que el PSOE gobierna, está más sucia, hay más paro, se han cerrado empresas (...) PSOE e IU son responsables de la situación (...) y llevamos doce años perdidos". Y, por último, Torrijos: "Con la crisis, IU ha luchado contra la desigualdad. Hemos hecho ciudad. Somos indispensables para que haya política de izquierdas".
