Cultura

Esqueletos, buitres, torturas y balas

La religión, los militares, la Guerrilla y el Estado son las cuatro patas que soportan la vida nacional colombiana; las mismas que el celebérrimo artista Fernando Botero ha querido reflejar en la exposición Una mirada diferente, en la que recuerda pasajes de la historia reciente de su país. (Foto: J.M. Cabello)

el 15 sep 2009 / 04:22 h.

La religión, los militares, la Guerrilla y el Estado son las cuatro patas que soportan la vida nacional colombiana; las mismas que el celebérrimo artista Fernando Botero ha querido reflejar en la exposición Una mirada diferente, en la que el mediático artista recuerda los pasajes más sangrientos de la historia reciente de su país natal.

La colección que se expone en las salas Villasís del Centro Cultural Cajasol está compuesta por 27 dibujos y 23 óleos que Fernando Botero cedió al Museo Nacional de Colombia en 2004. Estas obras se completan con una colección de otros 15 dibujos y dos nuevos óleos sobre una temática con la que el artista quiso denunciar la violencia que sacudió Colombia en la década de los 90, y de la que aún quedan preocupantes rescoldos.

Fechadas todas las piezas, que se reparten por las tres plantas del centro cultural en un montaje sobrio y apenas calculado con el único protagonismo de las formas orondas del colombiano, en los años 1999, 2000 y 2001, esta colección coincide con las primeras manifestaciones públicas de Botero de denuncia de la dramática situación por la que pasan sus conciudadanos. Concienciado de que "había llegado mi momento", después de unas primeras décadas de trabajo empeñado en mostrar un mundo feliz habitado por seres inocentes de formas redondeadas, el pintor y escultor afrontó esta serie cambiando tan sólo el tono, la intención, pero no el estilo.

"Rechazo el realismo en el sentido de copiar la realidad, lo que yo hago es construir una composición que conserve una dimensión decorativa incluso en el drama, porque un verdadero pintor puede transformar una forma trágica como la muerte, en un elemento decorativo", ha señalado el pintor en alguna ocasión al hilo de esta exposición -no estuvo ayer en Sevilla para la inauguración de la muestra-. Quizás por esto, la paleta del artista sigue siendo alegre y festiva, aunque, ante la gravedad de los hechos que describe, su función en este caso sea la acentuar el contraste entre lo que se narra y los elementos plásticos que utiliza.

Inauguración. La exposición, que permanecerá hasta el 30 de junio, fue inaugurada ayer por el presidente de Cajasol, Antonio Pulido; el director de montaje, Juan Fernández Lacomba; y la cónsul de Colombia en Andalucía, Carmen Caballero. Pulido explicó en rueda de prensa que Botero, una mirada diferente muestra el "dolor de Colombia, el de todo el continente americano y, por extensión, el del mundo". Pulido recordó también en su discurso a otros artistas combatientes como Goya -con los Fusilamientos del 2 de mayo- o Picasso y su Guernica, y comparó la inquietud y el compromiso del colombiano con la de los grandes genios de la pintura.

El director del montaje, por su parte, subrayó de Botero que ha intentado hacer "una testimonianza denunciadora hasta cierto punto, en la que describe el dolor de una manera universal e incluso casi infantil y terriblemente trágico", y destacó algunas "piezas emblemáticas", como La masacre de ciénaga grande o Matanza de los inocentes.

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