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El Manriqueño: “Estoy contento pero siempre se puede estar mucho mejor”

Juan Solís, ‘El Manriqueño’, es el ganador del ciclo de promoción de Sevilla

el 03 ago 2013 / 23:37 h.

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15153283Es de Villamanrique de la Condesa y es el nuevo valor de la cantera taurina de Sevilla. Marcha cada día a la escuela de Camas para formarse bajo la exigente batuta del Almendro. No se da humos y conoce perfectamente lo duro que es ganarse un jornal. El Manriqueño ganó el ciclo de promoción de nuevos valores de la torería celebrado en la plaza de la Maestranza en las noches de los jueves de julio y sintió el calor de los suyos. Tiene una sola novillada firmada pero entrena duro, como si el toro estuviera siempre a punto de salir. –Es el momento de darte la enhorabuena... –Estoy contento de haberme llevado el premio pero no estoy satisfecho del todo. Siempre se puede estar mejor. Desde que empecé he sido muy exigente conmigo mismo y nunca me veo del todo bien. Me gusta mejorar cositas. –Pero este premio te permitirá ver el horizonte de otro color. –Ahora entreno con más ilusión pero también más duro. Llevo mucho tiempo luchando y cuando encuentras la recompensa afrontas la preparación con mayor esperanza aunque sé que las cosas están complicadas. –La evolución fue palpable desde el primer al último novillo que mataste en el ciclo. –El primer novillo de Cayetano Muñoz lo toreé más atenazado por los nervios: estaba en Sevilla, en esa plaza… y en el segundo ya estaba perfectamente ubicado y lo afronté de otra manera. En la final llegué más tranquilo y centrado. El primer eral de Juan Pedro tenía calidad pero el segundo, más complicado, permitió que la gente viera mi preparación. Es algo bueno para nosotros mismos, para que comprobemos que somos capaces de estar ahí también. Me puso a prueba. –No te ha faltado el calor de tu pueblo, de tu gente... –En las dos noches que he toreado en Sevilla he tenido la suerte de ir muy arropado. Hemos logrado llenar seis autobuses en cada festejo. Tener ese calor por parte de mi gente es muy bonito. En mi pueblo me paran, me saludan… me siento muy agradecido. –Un pajarito dice que no te gusta dártelas de torerito. –No, no me gusta. Ni me quiero creer nada. En el toreo unas veces puedes estar arriba y otras abajo y no puedes andar presumiendo de nada. Cada día sólo me preocupo de entrenar y mejorar. Eso es lo importante. Esta puede ser una vida bonita cuando las cosas vienen de cara pero conlleva un sacrificio y un entrenamiento muy duro que no siempre percibe la gente. –El mismo pajarito dice que eres un currante. –Trabajo en todo lo que me sale. Si es en la naranja, en la naranja. Ayuda a valorar las cosas y a saber lo que cuesta ganarlas. –Te has ganado el vestido de torear de la Maestranza. ¿De qué color te lo vas a hacer? –Aún no se nada pero me gustaría que fuera verde esperanza. Soy bético (risas). –¿Cómo te dio por ser torero? –Mi abuelo era aficionado de verdad y me gustaba desde pequeño. Decidí probar, debuté en Portugal en 2009 y hasta ahora. –Todo esto es muy duro... –Este esfuerzo merece la pena. Ahora es cuando veo que el sacrificio tiene recompensa y es bonito levantarte por la mañana y marcharte a entrenar, venirte a Camas por las tardes… lo importante es no perder esa ilusión. Como yo hay muchos, que andamos solos en esto y dependemos de una escuela en la que nos enseñan el oficio pero luego estamos de tapia en tapia y llegar a Sevilla y ganar ese ciclo es lo más grande que te puede pasar. No tengo prisa pero si un día veo que no soy capaz de dar un pase me quitaré. Sólo pido confianza. Yo me encargaré de dar la cara.

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