Planta de reciclaje de Recilec en Aznalcóllar, la mayor del país de tratamiento de residuos eléctricos y electrónicos. / Javier Cuesta
Cuando compramos un electrodoméstico ya pagamos una tasa para garantizar su correcto reciclaje. Sin embargo, no se está ofreciendo un tratamiento adecuado a estos residuos pese a que frigoríficos, televisores o lavadoras contienen sustancias muy nocivas para la salud incluso cancerígenas y altamente contaminantes para el medio ambiente. Sin embargo, muchos acaban tirados en chatarrerías ilegales o en vertederos incontrolados, según el sector, lo que conlleva vertidos y reutilizaciones peligrosas. Por eso se ha puesto en marcha en Andalucía un acuerdo pionero en España que garantiza que en cinco años se reciclarán correctamente 17.000 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos sin uso.
Leonardo Díaz, gerente de Recilec, la mayor planta de reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos de España ubicada en Aznalcóllar asegura que el acuerdo beneficia a 14.000 comercios andaluces y garantiza que al consumidor se le recogerá su viejo electrodoméstico tanto si compra el nuevo aparato «en una gran tienda de una capital o en un pequeño pueblo de la sierra norte hispalense».
El acuerdo está en vigor desde el pasado 25 de junio y, según los firmantes, desde entonces ya se han descontaminado, tratado y reciclado más de 400 toneladas de residuos electrónicos procedentes de comercios de Andalucía.
La novedad es la reciente adhesión de Recyclia (entidad que aglutina a las fundaciones Ecoasimelec, Ecofimática y Tragamóvil) al convenio conlleva que quedan incorporados en él la mayoría de los fabricantes de aparatos eléctricos y electrónicos garantizando así la universalidad del servicio a todos los comercios pequeños y medianos de Andalucía y el cumplimiento de las obligaciones medioambientales en esta materia.
El acuerdo compromete a la Federación Andaluza de Electrodomésticos (FAEL), la Asociación Andaluza de Electrodomésticos (AAEL), Recyclia, la Fundación Ecolec, la European Recycling Platform (ERP) y a Recilec a garantizar que se traten y descontaminen en Andalucía al menos 17 millones de kilos de estos aparatos ya sin uso.
Díaz explicó a este periódico que desde 2005 existe un real decreto que regula el destino de los electrodomésticos, pero que en España todavía no ha cumplido los objetivos que se marcan en esta norma: recoger cuatro kilos de residuos por habitantes al año. «En Europa somos los penúltimos en recogida, sólo por detrás de Rumanía», lamentó Díaz, quien apostilló que el «descontrol» por parte de las administraciones a la hora de exigir el cumplimiento de la norma hace que «más de la mitad de estos residuos acaben en sitios incontrolados o chatarrerías no autorizadas». No llegan a las plantas autorizadas y por eso Recilec pasó de recoger y tratar 22.000 toneladas de residuos a 12.500 el pasado año. Un dato que tuvo consecuencias: Recilec pasó de tener 73 a 52 trabajadores en su plantilla. «El escaso control y vigilancia de las administraciones impide que se exija el cumplimiento de la ley, si bien la Junta ya está tomando medidas para parar esto», admitió Díaz.
El gerente de Recilec detalló que a su juicio lo más peligroso es una sustancia cancerígena llamada PCB (policlorobifenilos) que tienen algunos condensadores de, por ejemplo, antiguas lavadoras y televisores. El mercurio de lámparas o tubos fluorescentes, pilas o incluso pantallas planas afecta al sistema nervioso y el gas CFC (clorofluorocarburos) y los aceites de los frigoríficos son muy dañinos para el medio ambiente
Así, el objetivo del acuerdo firmado es «impulsar la correcta recogida selectiva de los aparatos eléctricos y electrónicos y su posterior descontaminación y reciclado», gestión que se realizará en Recilec.
