El Sevilla Fútbol Club comienza hoy en la ciuadad deportiva José Ramón Cisneros Palacio la segunda parte de la pretemporada después de poner fin a diez días de concentración en Costa Ballena con una victoria cómoda (2-5) ante la UD Roteña, en un amistoso ya tradicional en esta preparación estival. El conjunto de Unai Emery ha finalizado el primer stage de pretemporada con muy buenas sensaciones: los nuevos, aún siendo pocos estos días de trabajo (Aleix Vidal y Denis Suárez), se han adaptado a la perfección al funcionamiento del grupo; la plantilla llegó en un magnífico estado de revista, según los preparadores físicos; por último, a Unai Emery es al que más entonado se le ha podido ver en la concentración.
El entrenador se quitó un enorme peso después de levantar el título de la Europa League. Se le ve más suelto, más alegre, más afable con los medios de comunicación, más cercano a todos, pero, sobre todo, con una motivación extra. Ahora mismo se ve con un largo recorrido en el club, cuando hubo momentos delicados en la pasada temporada en la que tenía un pie fuera de la entidad, y quiere escribir su nombre con letras de oro en los libros de historia de la centenaria entidad de Nervión.
El Sevilla llegó el pasado miércoles 9 a tierras gaditanas. Mismo hotel de concentración (Elba) y un mecanismo de entrenamiento parecido al de otras temporadas. Sin embargo, el arranque de esta campaña no tiene nada que ver con la de los últimos años, aunque en la pasada la temporada oficial comenzó el 1 de agosto en la ronda de calificación previa de la Europa League, ante el Mladost Podgorica. No obstante la gran cita del día 12 de agosto es diferente, se trata de la final de la Supercopa de Europa. Todo un título que obliga a la plantilla a llegar en las mejores condiciones posibles a la cita en Cardiff (Gales).
Será la tercera Supercopa continental para los sevillistas en menos de una década. En Mónaco, el 25 de agosto de 2006 logró el único título de esta competición que tiene en sus vitrinas ante el FC Barcelona (3-0). La segunda oportunidad, ante el Milan, no tuvo la misma suerte (3-1). Pero la situación ha cambiado. La UEFA ha colocado este título en juego dos semanas antes de que arranque la competición oficial en España, lo que ha obligado a llevar un plan específico de entrenamientos. En los últimos años solía jugarse a finales de agosto, ya con la competición en marcha. «Estamos reventados. Es por nuestro bien, pero nos están dando una caña tremenda». Varios jugadores del Sevilla FC decían entre bromas que se han encontrado un ritmo especialmente duro de trabajo desde que llegaron a Costa Ballena. Dobles sesiones de esfuerzo, con mucha carrera y gimnasio. Jornadas que comenzaban con ejercicios a alta intensidad, a veces con el señuelo del balón de por medio, pero que acababan con un regalo de ejercicios físicos antes de terminar. Hasta los últimos días no apareció el balón con asiduidad. Moisés del Hoyo y Sergio Domínguez, responsables de la parcela física del primer equipo sevillista, reconocían «la utilidad» de este primer stage de pretemporada: «Es la gasolina que les llevará a conseguir los éxitos que quieran. Es cierto que hemos metido un poco de más caña que en años anteriores, pero los jugadores están respondiendo a la perfección», aseguran.
Como es habitual en una pretemporada, las molestias son el principal quebradero de cabeza para el cuerpo técnico y los propios futbolistas. Este año es aún más complicado por el hecho de la mencionada final frente al Real Madrid, campeón de la Champions League en Lisboa ante el Atlético de Madrid. En este apartado hay dos nombres propios: Denis Suárez y Kevin Gameiro. El gallego tuvo que retirarse al inicio de esta semana de trabajo con una lesión que le mantendrá fuera de los terrenos de juego durante dos o tres semanas (lesión miofascial en el cuádriceps izquierdo). Denis siguió trabajando al mismo ritmo que sus compañeros a pesar de sufrir pequeñas molestias, dada su ilusión en esta nueva etapa que ahora comienza en el Sevilla y esto le ha ocasionado tener que parar durante más tiempo, circunstancia por la que Unai Emery pidió a sus jugadores «prudencia» cuando sintieran alguna molestia para no agravar lesiones menores que luego van a más si se fuerza.
En el caso de Kevin Gameiro la cuestión sí tiene mayor grado de preocupación. La rodilla derecha sigue dando guerra al francés. Desde su lesión poco antes de la final de Turín, el delantero no ha podido recuperarse al cien por cien. Para la cita ante el Benfica, forzó al máximo, y acabó cojeando. A pesar de ello, anotó uno de los penaltis decisivos que dieron al Sevilla su tercera Copa de la Uefa. En el penúltimo día de trabajo, cuando ya parecía que comenzaba a trabajar al mismo ritmo que sus compañeros, la rodilla le dio un aviso y tuvo que retirarse del entrenamiento. Los médicos han planteado un tratamiento conservador para recuperar a Gameiro, que ahora no se pone plazo para volver a trabajar con normalidad. Lo mejor es que se recupere al cien por cien para evitar recaídas que le pasen facturas durante toda la temporada, en una campaña que de nuevo será dura por la cantidad de partidos que esperan en las tres competiciones que va a disputar el Sevilla FC.
El affaire Coke. La curiosidad o momento más extraño de la concentración en Costa Ballena tuvo como protagonista a Coke. El jugador madrileño estaba a un paso del Olympique de Marsella, con el que el club negociaba y el acuerdo estaba cercano. Las informaciones periodísticas y la repercusión en las redes sociales descolocaron al defensa, al que se le pudo ver con la cara desencajada por el hotel. Finalmenet, decidía no marcharse y el Sevilla apagó el fuego al día siguiente planteando una ampliación y mejora del contrato. Nada puede distraer la atención de Cardiff, donde se llega con el tanque de combustible lleno. La Supercopa lo merece.
Del partido ante la Roteña no se pueden sacar muchas conclusiones, dada la diferencia con un rival de Primera Andaluza. Si acaso, las buenas sensaciones del único fichaje que pudo debutar, Aleix Vidal, que intervino en la segunda mitad desde la banda derecha primero y desde la izquierda después. Velocidad, desborde y buenos pases al centro del área. Uno de ellos lo aprovechó Juan Muñoz, un canterano que vive en idilio permanente con el gol. Además, las ganas y la chispa de Cicinho, que quiere recuperar su nivel tras un año en el dique seco y hacerse hueco en una plantilla al que llegarán varios refuerzos más.
