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Gasto público en defensa

El gasto en defensa solo aparece en las preocupaciones ciudadanas a la hora de destacar aquellas partidas en las que cree que el Estado gasta demasiado. Cuando uno compara las prioridades del debate político actual con el de hace unas pocas décadas,...

el 14 sep 2009 / 22:30 h.

Cuando uno compara las prioridades del debate político actual con el de hace unas pocas décadas, no puede dejar de llamarle la atención el retroceso experimentado entre los países desarrollados de esta orilla del Atlántico por el tema del gasto público en defensa, que ha pasado a ocupar un lugar muy residual tanto en el discusión pública como en la literatura económica. Justamente lo contrario acontece en muchos países en vías de desarrollo, en los que las cuestiones de defensa nacional se revelan como extremadamente polémicas y delicadas.

En el caso español esta cuestión hace tiempo que dejó de aparecer en la agenda de los principales problemas y preocupaciones de los ciudadanos. Prueba de ello la encontramos en los barómetros periódicos del CIS. En las respuestas a la cuestión en torno a cuál es el principal problema que existe actualmente en España, apenas un 0,3% responde que las guerras en general. Por su parte en los estudios sobre opinión pública y política fiscal del mismo organismo, el tema del gasto en defensa, solo aparece en las preocupaciones ciudadanas a la hora de señalar aquellas partidas de gasto público en las que cree que el estado está gastando demasiado.

Un estudio de Antonio Fonfría El gasto en defensa en los países desarrollados: evolución y factores explicativos publicado por el Instituto de Estudios Fiscales, analiza los factores que explican el gasto en defensa de los países de la OTAN, limitándose al período 1996-2006. En dicho, además de ofrecernos datos en torno a la evolución del gasto militar en dicho decenio que respaldan lo que afirmábamos más arriba, se intenta dar una explicación a esta desigual composición de los presupuestos públicos entre Europa y América. Para realizar la estimación de los determinantes del nivel y evolución de la partida que nos ocupa se tira de factores económicos, estratégico-militares y políticos. De forma muy breve, exponemos las conclusiones más relevantes. En primer lugar, lo que mejor explica la evolución del gasto en defensa es el propio nivel de gasto en períodos anteriores. Es decir, tenemos un importante efecto de inercia a la vez que un margen muy estrecho para estas políticas.

Por otro lado, el mayor nivel de renta de un país no supone, en general, un mayor gasto en defensa. Podría decirse, en todo caso, que las sociedades lo consideran cada vez menos como un bien por el que estén dispuestas a pagar. Ocurre además que las amenazas unidas a la vecindad de países que supongan un peligro ya no son relevantes, debido a que los conflictos suelen situarse en zonas relativamente alejadas de las fronteras de los países de la OTAN.

Imagino que no hace falta aclarar que España muestra un perfil netamente europeo en este recuento de factores explicativos y niveles de gasto. Más cuando, entre 1980 y 2001, España, junto con Grecia y Portugal, han sido los países con menor PIB por habitante, y España, con Portugal e Italia, los países con menor nivel de gasto en defensa por habitante. A la vez, nuestro país ocupa el último lugar en relación al ratio "gasto en defensa / PIB". Sin embargo, puede muy bien suceder que esta situación se invierta en próximos años por la propia marcha de la geopolítica internacional, donde España muestra una creciente implicación internacional como mediador.

José Sánchez Maldonado es catedrático de Hacienda Pública

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