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Hace 8 años que cambió la 'tele'

Hace 8 años la historia de la televisión cambió su rumbo. ¿Qué estaba usted haciendo el 23 de abril del 2000 a las 9 de la noche? Ese día dio comienzo la telerrealidad en España. Telecinco emitía el primer programa de Gran Hermano y nacía un nuevo concepto de televisión y una nueva forma de mirar.

el 15 sep 2009 / 03:37 h.

Hace 8 años la historia de la televisión cambió su rumbo. ¿Qué estaba usted haciendo el 23 de abril del 2000 a las 9 de la noche? Ese día dio comienzo la telerrealidad en España. Telecinco emitía el primer programa de Gran Hermano y nacía un nuevo concepto de televisión y una nueva forma de mirar.

El formato televisivo de Gran Hermano, creado por el holandés John De Mol irrumpía en la parrilla televisiva un domingo de abril de hace ya ocho años. El público lo acogió con curiosidad. La posibilidad de espiar cómo unos desconocidos vivían encerrados en una casa rodeados de cámaras que los observaban dio lugar a un nuevo concepto de la televisión y a una nueva forma de mirarla.

El voyeurismo se apropió de todas las franjas horarias y, ante los progenitores y educadores, se abría la duda sobre la ética del invento y la legitimidad de sus hijos para verlo. Algo no estaba claro, no todos eran partidarios de este exhibicionismo. Mucha gente sentía cierto pudor ante un nuevo programa que mostraba cómo vivían unos desconocidos encerrados en una casa, un pudor que ahora parece ingenuo vistos los límites a los que ha llegado la telerrealidad en todo el mundo.

El programa, conducido por Mercedes Milá, atrapaba semana tras semana a nuevos espectadores (la final de la primera edición superó los diez millones de espectadores) y los concursantes ocuparon las portadas de las revistas del corazón a costa de los tradicionales personajes famosos 'por derecho'.

Desde entonces, mucho ha llovido y muchos han sido los programas que han seguido esta línea buscando la fórmula del éxito fácil. Así de observar lo que hacían unos jóvenes en el interior de una casa rodeados por cámaras, se pasó a ubicar el reality en un autobús (El Bus), en una isla (Supervivientes) o en el campo (La granja, El cortijo), por no hablar de los concursos para poner a prueba a tu pareja (Confianza ciega), construir una casa (La casa de tu vida) o los que juntaban a un grupo de adolescentes en celo (Libertad vigilada) en unas vacaciones pagadas.

También han tenido mucho éxito todas las variantes dedicadas a buscar nuevos talentos, como Operación Triunfo, Popstars, Supermodelo, Fama, Estudio de actores...

La telerrealidad empezó siendo catalogada como "un experimento sociológico" y, con el tiempo, ha dado lugar a una nueva categoría televisiva y a una incesante fábrica de productos caducos.

'Nominar', 'expulsar' o 'salvar' son términos que se han introducido de lleno en nuestro vocabulario y allí permanecerán mientras que se mantengan los elevados índices de audiencias (y de ingresos por llamadas y sms) de las televisiones.

Son los índeces de audiencia los que deciden y los que mantienen en la programación. He ahí la paradoja: lo que no se debe ver es lo más visto. Los primeros críticos decían que la telerrealidad se acabaría pronto, que el público se cansaría. Pero las cifras (y el tiempo) han demostrado lo contrario.

No en vano, la novena edición de GH, la última emitida en España, ha contado una vez más con el respaldo de la audiencia. En EEUU, que nos lleva veinte años de ventaja en la historia de la televisión, incluso los premios Emmy han incluido una nueva categoría para premiar a los mejores programas de telerrealidad.

Lejos de morir, los realities cada vez ocupan más espacio en la parrilla televisiva. Los famosos se han sumado a la vida en directo, y muchos han participado en programas de este tipo, como La isla de los famosos o Supervivientes, o incluso, protagonizado otros acerca de sus vidas. Es el caso de la multimillonaria Paris Hilton, protagonista de un reality sobre su vida llamado Simple life, que en España emite Fox. Y como ella, los Beckham o Michael Jackson, cuya familia también tendrá en breve su propio programa. Y la audiencia parece que no se cansa.

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