Tras varias fallidas experiencias de otros negocios hosteleros en este local en pleno centro, a caballo entre la Plaza Nueva y El Arenal, en la calle Harinas, El Ruedo lo redecora y cambia de orientación desde primeros del pasado mes de diciembre, y la verdad es que la primera impresión ha sido magnífica. Su propietario, Jesús Flores, con la estrecha colaboración de Francisco Portillo, de Pan Portillo, y el asesoramiento de ese gran restaurante alcalareño cual es el Rincón de Bernardo, además de La Cochera y Entrevinos y Tapas, ha creado un espacio atractivo, con una mezcla de modernidad y pinceladas tradicionales como los estantes con tela de gallinero en plan abacería, fotos de reinas de la copla y, sobresaliendo, el gran mural con el nombre del establecimiento y ese torero que nos da la espalda caminando (¿Manzanares hijo?). Abacería y modernidad se conjugan también en la cocina, donde unas buenas conservas se elaboran con salsas y acompañamientos muy conseguidos, otros platos son elaboraciones de cocina completas, no en balde el jefe de cocina proviene del hotel Bécquer, un lugar que a través de su cafetería La Leyenda, ha estado creando grandes tapas en los últimos tiempos. Una barra para pedir y poco más, gran salón con mesas altas y, al otro lado del burladero, algunas mesas de las cómodas de toda la vida.
La carta de tapas se abre de capa con algunos entrantes tradicionales como el jamón ibérico (18,00 €) sólo en ración, igual que el queso viejo (10,00 €), aunque podemos pedir tapa del de la gaditana cabra Payoya (3,00/8,00 €). También hay cositas más elaboradas como el crujiente de brie con ensaladita (3,00/9,00), las virutas de foie con reducción de vino (4,50/9,00 €) o un carpaccio de tomate con sardinas en vinagre (3,00/9,00). Nos desmonteramos y brindamos al público para meternos en faena, como capote burdeos un magnífico Sembro de Ribera de Duero, con fruta madura, tostados elegantes y una potencia que le da carácter y deja buen recuerdo en la boca.
Unas simpáticas alcachofitas a la carbonara (3,00 €) nos causan mejor impresión de lo previsto, buen sabor potenciado por la cebollita frita. La hamburguesita de langostinos (3,50 €) es un suculento bocado, con dos notas constantes en todos los platos que vamos a probar, una ensalada de acompañamiento muy buena y un pan excelente, como el variado que nos ponen en el cestillo, si tarda la tapa hay que pedir más pan, una tentación. El atadillo de espárragos con queso azul en la muestra palpable de la creatividad de un cocinero para, con unos cuantos elementos y sin apenas cocinar, crear una tapa muy atractiva visualmente y rica en el paladar.
El envoltini de merluza con salsa de piquillos (3,50 €) son ya palabras mayores, nunca un soldadito de pavía había llegado a tanto, mejorada versión de la tradicional tapa sevillana, con otra virtud del chef, las salsas, si bueno era el suave alioli de la hamburguesita, la crema de pimientos de piquillo de esta tapa es excelente y realza la calidad del plato, gran tapa.
Para rematar la faena una en todo lo alto, el carbón de bacalao con alioli de marisco (4,00 €) es una tapa sabrosa y original, un bacalao poco hecho, quizás un puntito más no vendría mal, envuelto en una costra de tinta de calamar, llamativa visualidad de la tapa y sabor rico, rico. Hay otras propuestas fuera de carta. Probado lo probado, merecen una segunda visita para probar, por mencionar algo, la merluza gratinada con pisto (3,80 €) o el rollito serrano con salsa de cebolletas (3,00/9,00 €).
Están preparando una nueva carta de vinos para copear. Mencionar, por último que el servicio es magnífico.
La ficha
- Propietarios: José Flores Cañete.
- Dirección: C/ Harinas, nº 20. 41001 SEVILLA.
- Horario: De 12.00 a 24.00, cierra cocina de 16.30 a 20.00.
- Teléfono: 954 561 994 - 608 563 263.
