Economía

Heineken hace del ahorro de agua su prioridad medioambiental para Sevilla

El objetivo es reducir el consumo de 3,8 a 3 litros de agua por cada litro de cerveza producida, cuando en la antigua fábrica de Nervión se alcanzaban hasta los 10.

el 18 ago 2014 / 12:09 h.

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José María Rodríguez García, director gerente de la fábrica de Heineken España en Sevilla. / J.M. Paisano José María Rodríguez García, director gerente de la fábrica de Heineken España en Sevilla. / J.M. Paisano La fábrica sevillana de Heineken España, empresa propietaria de la marca Cruzcampo, ha situado el ahorro de agua como la primerísima de sus prioridades medioambientales. Desde que en 2008 completara el traslado desde la antigua planta de Nervión, el consumo hídrico ha pasado de 3,8 litros por cada litro de cerveza producida a los 3,5 de este año, y su reto es bajar a los 3 a finales de 2015. «Para hacerse una idea del esfuerzo, valga esta comparación: procedíamos de consumos de 9 y 10 litros de una fábrica, la ubicada en el Greco, que ya de por sí era eficiente», comenta José María Rodríguez García, director de las nuevas instalaciones, sitas en la carretera de Mairena del Alcor. La compañía prepara inversiones para menguar el gasto de agua sobre todo –explica– durante el proceso de envasado. Serán nuevas tecnologías pero también, agrega, el conocimiento sobre dónde cabe ahorrar en cada paso del proceso productivo. «Se trata de una cuestión que en Heineken nos la hemos tomado muy en serio, máxime teniendo en cuenta que nos encontramos en una comunidad, la andaluza, con episodios de sequía», argumenta. Rodríguez García sostiene que la actual fábrica, en las traseras del barrio de Torreblanca, ha supuesto un ahorro «de entre el 25 y el 30 por ciento» en el conjunto de energía, incluida la térmica, y agua con respecto a la antigua, y seguirán persistiendo en su compromiso ambiental, como demuestran el desarrollo de sistemas de enfriamiento de barril y botellas más eficientes y el empleo de fluidos refrigerantes no habituales en la industria cervecera. La reducción de la huella de carbono (emisiones de CO2) se contabiliza hasta en el campo, es decir, desde la siembra misma de la cebada cervecera. La empresa es, hoy por hoy, el principal cliente de Emasesa, hasta el extremo de absorber entre un 8 y un 10 por ciento del consumo de Sevilla y su área metropolitana, con alrededor de 1,20 millones de metros cúbicos, y con esa sociedad pública tiene líneas de investigación para reutilizar las aguas sobrantes de la producción de la rubia. Parte de ella, por ejemplo, se dedica a regar los campos del Real Club de Golf, destino que se sopesó también para los previstos dentro de la urbanización Santa Bárbara, en Sevilla Este, pero paralizados por la crisis inmobiliaria y económica. Tal compromiso con el entorno natural pero también con la sociedad –y aquí habría que hablar de la labor de la Fundación Cruzcampo– está reconocido «a nivel internacional» por la matriz, la holandesa Heineken, dice Rodríguez mientras muestra el último premio recibido por la compañía, el de la mejor calidad de 2014 entre las fábricas europeas y también el galardón a la calidad concedido a Cruzcampo Gran Reserva en un reciente certamen en Londres. «Se nos reconoce no sólo en cuestiones de calidad, sino también por el equilibrio en los aspectos fundamentales en medio ambiente y compromiso con la sociedad. Y todo esto considero que suma al ser Cruzcampo la cerveza preferida de los sevillanos. Es un trabajo desplegado a lo largo de muchísimos años y que requiere implicación de todos» El director de la planta sevillana, la más moderna de la multinacional holandesa en toda Europa, avanza también su anhelo de incrementar tanto las marcas envasadas como la capacidad de almacenamiento. «Trabajamos para dotarnos de una mayor flexibilidad para diversificar y aspirar a más formatos y productos [es decir, marcas de cerveza de la compañía]», indica. De momento, sin embargo, es sólo una posibilidad. Las etiquetas más renombradas del grupo (entorno a media docena) ya se fabrican y envasan aquí, con Cruzcampo, Heineken y Amstel como las principales referencias. De hecho, la fábrica posee terreno de sobra para acometer futuras ampliaciones. Sobre una extensión total de 72 hectáreas, tiene ocupadas –con edificios, calles y jardines– 36, y quedarían en torno a 16 hectáreas –una superficie equivalente al mismo número de campos de fútbol– para acoger más actividad. No en vano, su ubicación es estratégica, al tener salida a la ronda de circunvalación SE-40 –dos de cuyos once tramos están abiertos, aunque para el resto de la infraestructura no hay plazos–. José María Rodríguez concreta que la fábrica está acercándose a los datos cerveceros de 2008, cuando concluyó el traslado del envasado desde la de Nervión –2007 fue el año de transición–. Entonces fueron 4,25 millones de hectolitros, bajando a 3,85 en 2013 «por el impacto de la crisis económica sobre el consumo», mientras que la previsión para 2014 habla de 4 millones, listón que incluso podría superarse. No hay duda, dice el directivo: se aprecia una recuperación de la economía. FORMATOS. En estos momentos, en Heineken Sevilla un 31 por ciento del envasado es cerveza de barril, con Cruzcampo como marca estrella, un 23 por ciento «y subiendo» es lata, un 20 por ciento es botella de litro y el resto, otros formatos de botellas retornables o no. El porqué del crecimiento de la lata radica en su demanda en incremento en la distribución comercial (supermercados, hipermercados) pero también porque se va superando esa vieja creencia de que su cerveza sabe peor que la contenida en los barriles o botellines. «Y es exactamente la misma, de los mismos tanques», sentencia. 218 trabajadores fijos conforman la plantilla de la fábrica –hay que tener en cuenta que la labor comercial aún está muy centralizada en el edificio de Nervión que fue el origen de La Cruz del Campo y sede también de la Fundación Cruzcampo y de la Escuela Gambrinus– y alcanza un pico de 250 o 260 personas en las épocas de mayor producción de la rubia: Semana Santa, Feria de Abril y especialmente el verano.

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