Después de diez meses desde su apertura al público, la biblioteca municipal Felipe González Márquez, situada en la calle Torneo, funciona sólo al 50% ya que únicamente permanecen abiertas sus salas de estudio. Después de su inauguración el 24 de marzo del pasado año, a la que no acudió el expresidente del Gobierno pero sí miembros de su familia, la biblioteca número 14 de la red municipal y la mayor de las existentes aún no está a pleno rendimiento, por falta de plantilla suficiente para encargarse de gestionar las dependencias destinadas al préstamo de libros y del resto de sus contenidos.
Este periódico ha preguntado varias veces al Ayuntamiento por los motivos de la falta de personal y sobre cuándo se abrirán a pleno rendimiento las instalaciones, sin obtener respuesta.
El edificio de dos plantas, diseñado por el arquitecto Fernando Sánchez Navarrete y casi a orillas del Guadalquivir, contó con un presupuesto de cuatro millones de euros financiados por el Plan 8.000, el fondo estatal de inversión local que puso en marcha el Ministerio de Administraciones Públicas, cuyo ministro era por aquel entonces Manuel Chaves, que sí asistió a la inauguración de este recinto cultural.
Tan sólo una veintena de alumnos ocupan a diario algunas de las 298 plazas de las que disponen las cuatro salas de estudio, situadas en la primera planta, el único servicio disponible hasta el momento. Las dependencias destinadas al estudio también cuentan con internet a través de red inalámbrica, accesible para estudiantes de la Universidad de Sevilla, después de la firma de un convenio con la Red Municipal de Bibliotecas.
La partida documental, que comenzó con 4.194 títulos, ya cuenta con unos 9.000 ejemplares catalogados que aguardan en la planta sótano, lugar destinado al préstamo de libros que permanece cerrado al público. Un empleado en la recepción y dos administrativos en la zona de préstamos son la única plantilla presente en la biblioteca.
El material de préstamo, entre el que se encuentran libros, revistas y material audiovisual, se divide en las salas de préstamo infantil y adulto. La sala destinada a los más pequeños cuenta con estanterías adecuadas a pequeñas estaturas. Mesas con divertidas formas y pufes de colores son parte del mobiliario que corrió a cargo de Emasesa, responsable de un programa medioambiental y de uso responsable de agua que aún no tiene fecha de inicio.
La zona destinada al préstamo de adultos es la de mayor tamaño. Al igual que en la zona infantil, aquí también reposan los ejemplares, preparados y catalogados. Varias mesas de consulta y estudio se reparten por la sala junto a tres ordenadores, todavía no disponibles para los usuarios.
La biblioteca también consta como sede de los servicios centrales, es decir, donde se almacenarán títulos antiguos de otras bibliotecas así como material audiovisual y técnico de la Red Municipal de Bibliotecas.
La sala municipal Felipe González Márquez da cobertura a una comunidad de 100.000 habitantes y completa el servicio, aunque sin préstamo de libros, en la zona del barrio de la Macarena junto a las también céntricas bibliotecas de San Julián, Alberto Lista y Julia Uceda.
