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La búsqueda del tesoro del siglo XXI

el 20 sep 2010 / 12:03 h.

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Si Robert Louis Stevenson estuviera vivo y quisiera reescribir su famoso libro ‘La isla del tesoro' probablemente se vería obligado de prescindir del mítico e imprescindible mapa del tesoro marcado con una gran equis en rojo, e incluso también debería de olvidarse de la brújula. Y es que en la actualidad a los buscadores de tesoros o ‘geocachers' tan sólo les hacen falta dos cosas un gps y unas coordenadas, el resto es cosa de la habilidad del buscador.

El ‘geocaching ' es una afición que une a miles de seguidores por todo el mundo. Consiste en una persona que esconde un ‘tesoro' en un lugar determinado, anota las coordenadas y otra persona debe de encontrar el objeto gracias a la ayuda de un gps.

Este hobby surgió cuando el 1 de mayo del año 2000 el gobierno estadounidense decidió hacer pública la señal de gps. David Ulmer, un miembro del grupo dedicado a los Sistemas Globales de Navegación por Satélite, decidió celebrar este acontecimiento escondiendo un ‘tesoro' a las afueras de Portland en Oregón y les envió a sus compañeros de grupo las coordenadas exactas de su ubicación. A los pocos días el objeto ya había recibido varias visitas y se habían escondido otros tantos en Kansas, Illinois y California. Un mes después el movimiento ‘geocaching' había llegado a Australia.

En la actualidad existen más de 1.193.424 ‘caches' o tesoros disponibles para buscar en más de 200 países, y la regla es muy sencilla, cuando se encuentra el objeto, si coges algo de su interior, debes de dejar algo de valor superior o igual.

Geocaching en Sevilla

Sergio, más conocido en el mundo del ‘geocaching' como‘Canival' es un sevillano forofo de este hobby. Él ha encontrado cerca de 450 caches y ha escondido cerca de 130. "Yo lo descubrí usando un gps de campo, observé que traía la opción de ‘geocaching' fui a casa, busqué lo que era y desde entonces no he dejado de encontrar y esconder ‘caches', explica. ‘Geocaching' es considerado por los usuarios como una forma "distinta y original de conocer sitios", ya que cada ‘cache' tiene algo que contar, y encontrarlos puede llegar a convertirse en una auténtica lección de historia.

"Existen varias formas de ‘caches' que ayudan a que la búsqueda sea mucho más interesante", cuenta ‘Canival'. "Con un cache' tradicional tan sólo tenemos una serie de coordenadas y unas pistas para encontrar el objeto, sin embargo con un ‘cache de misterio' necesitas ir resolviendo una serie de puzzles para poder encontrarlo, no es nada fácil, pero si muy divertido", cuenta ‘Canival'.

Según la página oficial de geocaching, en Sevilla hay registrados 131 ‘tesoros' activos y listos para que sean buscados. Los usuarios ‘Canival', ‘Liderskull', ‘Narisev' o ‘Santispain' son algunos de los 'geocachers' que se dedican a dar caza dentro de la ciudad.

Los ‘tesoros'

Todo 'cache' independientemente de su tamaño debe tener como mínimo un ‘notebook' o un pequeño trozo de papel para poder anotar el registro de encuentro. Para 'Canival' ser el primero en encontrar un tesoro es muy importante, tanto es así que ha acuñado una 'geocoin' con su nombre para poder depositarla.

Desde un diminuto caracol vacío, una rama de un árbol o una caja fuerte debajo de la autovía con un código secreto, todo puede ser susceptible de ser un 'cache', "es por eso que la búsqueda se hace tan interesante", cuenta Liderskull,  "en un primer momento no sabes qué estas buscando así que tienes que estar muy atento", añade.

Tampoco vale cualquier zona para esconder un tesoro, está prohibido en hacerlo en lugares privados, para que no sea imposible acceder a ellos. "También hay que tener cuidado con los 'muggles' o personas que son ajenas al juego, ya que si una persona descubre el 'cache' puede sacarlo de su sitio y no volverlo a poner, por lo que hay que estar muy atento.

La próxima cita para los adeptos de este hobby será en Barcelona en Lloret de Mar lo días 9 y 10 de octubre, por el momento ya son más de 500 asistentes confirmados de más de 15 países.

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