El mismo día de esta semana en el que los comerciantes sevillanos se lamentaban de la caída de sus ventas navideñas en torno a un 35% de su facturación con respecto a 2007 y en el que la Junta anunciaba una campaña de promoción del consumo se hacían públicos los datos del séptimo barómetro socioeconómico de Sevilla, un estudio elaborado por el Centro Andaluz de Prospectiva que certifica la necesidad de activar el consumo para evitar que la maquinaria económica no se frene aún más. El director del centro, Antonio Pascual, sostenía en la presentación de este informe que la crisis "tiene mucho de percepción subjetiva y de problema de confianza". Pues bien, los datos del barómetro corroboran esta apreciación: el 57% de los entrevistados ha tomado medidas preventivas de ahorro en el hogar tales como la reducción de los gastos de ocio (un 24,8%) o de compras (un 14%) o bien ha decidido gastarse menos tanto en Navidad (55,9%) como en Reyes (53,9%). Un vistazo por los comercios de cualquier calle de Sevilla atestigua las estadísticas. Sin estar vacías, sí que han dejado de presentar esa sensación de estar atestadas por las compras y, además, las mareas humanas que poblaban el centro o las grandes áreas comerciales de Nervión, el Aljaraje, Alcalá y Dos Hermanas se han diluido. La crisis, en suma, ha modificado algunas estampas propias de las semanas prenavideñas y amenaza con trastocar las cuentas del pequeño y mediano comercio, que en muchos casos fía su cuenta de resultados a esta campaña de ventas. Esta, y no otra, es la razón por la que tantos comerciantes, con el visto bueno de la Junta, han apoyado una medida tan atípica como la del adelanto de las rebajas para este próximo dos de enero. De ella, y de sus buenos resultados, depende el futuro de tantas empresas que conforman el tejido comercial de una sociedad y dan empleo a miles de personas. De ahí la importancia de un consumo que hay que reactivar por el bien de todos.
