Serán 33.764 millones. Los Presupuestos de la Junta de 2009, los primeros en los que tiene que endeudarse desde el año 2000 para mantener el gasto, empezaron ayer a rodar en un escenario nada halagüeno: la Junta volvió a recortar sus perspectivas de crecimiento y admite que no se crearán puestos de trabajo. En 2009 se destruirán 54.000.
"La contracción del crecimiento de la economía mundial es más intensa de lo esperado y lo que no sabemos es cuándo va a tocar fondo; cuál es la auténtica dimensión de la crisis financiera y, sobre todo, su incidencia en la economía". Tal reflexión fue el prólogo del vicepresidente segundo de la Junta, José Antonio Griñán, a su anuncio de que, por segunda vez en lo que va de año, el Ejecutivo autonómico recortará otro punto la previsión de crecimiento de la economía andaluza (del 2,4% al 1,4%, por debajo del 1,6% previsto para toda España). El pasado 21 de abril, ya rebajó un punto su estimación inicial.
Para el ejercicio de 2009 sí que se igualan las previsiones estatales y autonómica de crecimiento económico: un 1%. Eso sí, con la advertencia de Griñán de que, en esta crisis, no hay planificación de ningún organismo que esté resistiendo "más de tres meses". Si se mantiene como se previó ayer, 2009 será el año de menor dinamismo de la economía andaluza desde 1994, cuando creció un 2,1%, tras decrecer un 2% en 1993.
Lo peor, la incidencia en el empleo. Para 2009 no sólo se descarta que se creen puestos de trabajo sino que la Junta da por hecho que se perderán 54.000 empleos. Eso no quiere decir que aumente el paro sólo en 54.000 personas, ya que la cifra de desempleados depende además de cuántos se incorporen como nueva población activa. Si hasta ahora los nuevos puestos de trabajo amortiguaban la caída, llegados a este punto la Junta asume que el año que viene no será posible. Hasta abril, confiaba en poder hacerlo (previó cerrar 2008 creando 50.000 puestos de trabajo nuevos).
Ese contexto es el que determina el dinero del que va a disponer el Gobierno de Manuel Chaves en 2009 para cumplir su programa electoral. Si la economía crece menos, Hacienda recauda menos dinero y, por tanto, las administraciones tienen menos recursos para invertir en infraestructuras o gastar en políticas sociales. Para intentar no meter la tijera en este tipo de actuaciones, el Gobierno andaluz ha decidido acudir a una vía de financiación que no explotaba desde el año 2000: endeudarse. Lo hará dentro de los límites fijados por la Ley de Estabilidad Prespuestaria y poniendo el acento en que, en los últimos cinco años, Andalucía ha recortado en 2,3 puntos su endeudamiento, por debajo de otras comunidades.
Más allá de las comparaciones, esos 1.626 millones de endeudamiento serán responsables en gran medida de que las cuentas cuadren y de que el Presupuesto del año que viene pueda aumentar un 5,6%, a pesar de que se reduce la recaudación tributaria y lo que el Estado aporta a las comunidades para garantizar que puedan prestar servicios y corregir desequilibrios (Fondo de Suficiencia y Fondo de Compensación).
A que no haya merma en los ingresos contribuyen también otros conceptos: los ahorros que la Junta logró reunir en tiempos de bonanza y unas transferencias específicas del Estado destinadas a implantar la Ley de Dependencia. Hay una partida más que abulta en 300 millones más los ingresos. Se corresponde con un eventual anticipo de la deuda histórica en 2009. Aunque el Gobierno central ha mostrado voluntad de dar un adelanto, lo cierto es que en los Presupuestos del Estado para 2009 no se cierra una cantidad para el anticipo.
