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La Universidad de Sevilla pierde 500 profesores en dos años

Ramírez de Arellano llama la atención sobre el efecto de la tasa de reposición. Reconoce que se han encendido las alarmas con el recorte en el presupuesto andaluz.

el 02 oct 2013 / 22:51 h.

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entrevista antonio ramirez de arellanoLa orden tajante e infranqueable del Gobierno central de no convocar nuevas plazas de funcionario y sólo permitir una tasa de reposición del 10% (lo que significa que de cada cien bajas sólo se cubren 10) ha supuesto para la Universidad de Sevilla la pérdida de 500 profesores en los dos últimos años (300 de ellos asociados –profesionales de reconocido prestigio que impartían clases– y 200 jubilados). Esta situación “también supone un menoscabo del principio de igualdad de oportunidades”, en palabras del rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, ayer en los almuerzos organizados por La Raza. El muro de contención levantado por Hacienda es la causa, además, de que más de 200 docentes con la acreditación necesaria para seguir promocionando no puedan hacerlo ni ahora ni en un futuro a medio plazo. Esta situación ha obligado a la Junta a permitir la contratación de 170 profesores interinos –la figura más precaria de todas las posibles, que “dista mucho de ser satisfactoria”– (medio centenar en la Universidad de Sevilla) para poder garantizar que el 23 de septiembre pasado se abrieran las aulas con normalidad. E ítem más en relación a la “descapitalización humana” que denuncia Ramírez de Arellano: por primera vez en la historia, el Gobierno de la nación ha recurrido la convocatoria de unas plazas públicas, en la Universidad de Sevilla concretamente 13, cinco de profesores titulares y ocho de catedráticos. Teniendo presente este panorama y como ya hizo de forma solemne en la apertura de curso, el rector volvió a denunciar la vuelta a la universidad de los años ochenta, repleta de interinidades. En el capítulo relacionado con la política de becas, las cosas no pintan mejor. Emplazó al Claustro que se celebrará el próximo lunes para conocer el dato de becarios que finalmente no han superado la mitad de los créditos del curso pasado después de la convocatoria de septiembre y que, por tanto, tendrán que devolver la beca. Este periódico adelantó en agosto que hay 5.000 estudiantes que antes de los exámenes de recuperación estaban en condiciones de perder la ayuda. El rector reconoció que, hasta el momento, el número de peticiones de becas al Ministerio de Educación –al que agradeció que les haya escuchado e incrementado en 250 millones la partida presupuestaria para este fin–, así como las matriculaciones son “similares” a las cifras del curso pasado. “Las familias están dispuestas a seguir haciendo sacrificios”, apuntó Ramírez de Arellano que, no obstante, emplazó al mes de marzo –cuando el ministerio resuelve la convocatoria de becas– para despejar la incógnita del efecto del endurecimiento de los requisitos para optar a una ayuda. Sí que desveló un porcentaje que, a juicio del rector, desmonta la teoría del ministro Wert sobre el esfuerzo y la excelencia: sólo un 3% de los alumnos becados no aprueban nada frente a un 17% de aquellos que no lo son. En resumen: los becarios rinden más. El panorama que pintó el rector para el curso que acaba de estrenarse no fue precisamente halagüeño. No ayuda mucho a ello el aviso a navegantes de la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, que no descarta que haya que tocar las nóminas de los funcionarios y revisar todas las partidas para recortar 1.200 millones en los presupuestos de 2014; ni tampoco que la Junta siga sin saldar la deuda de alrededor de 900 millones de euros con los campus (190 a la Universidad de Sevilla); ni que la misma Junta no abone ya los 100 millones que prometió antes del verano para aliviar las arcas y que siguen sin llegar. “Esto hace encenderse todas las alarmas –reconoció el rector–. Ahora toca decidir qué queremos mantener”. “En tiempos difíciles hay que estar vigilantes para que lo que se haga no sea irreversible”, sentenció, al tiempo que reconocía que en materia de investigación "seguiremos con estrecheces". Enterrados ya los años de bonanza en los que la Universidad de Sevilla diseñó y ejecutó al calor del nuevo Plan General de Ordenación Urbana una expansión de edificios similar a la de los primeros setenta, el rector recordó que infraestructuras nuevas que requieran de una inversión muy fuerte, como es el caso de la Politécnica y Farmacia, no se ejecutarán por el momento. Al menos con fondos públicos. Sí que avanzó que en el caso de estos dos edificios se están buscando otras “rutas”, como grupos de inversión, para poder empezar a hacer unos edificios que antes y ahora son urgentes.

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