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Las legislativas argentinas ponen en juego el futuro de los Kirchner

Las elecciones legislativas celebradas ayer en Argentina pusieron en juego el poder de los Kirchner. El ex presidente Néstor Kirchner concurrió como candidato oficialista en Buenos Aires. Sus votantes tendrán en cuenta el desgaste de su mujer, Cristina Fernández, como presidenta del país.

el 16 sep 2009 / 04:56 h.

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Las elecciones legislativas celebradas ayer en Argentina pusieron en juego el poder de los Kirchner. El ex presidente Néstor Kirchner concurrió como candidato oficialista en Buenos Aires. Sus votantes tendrán en cuenta el desgaste de su mujer, Cristina Fernández, como presidenta del país.

Para las elecciones estaban habilitados para votar unos 28 millones de ciudadanos y comenzaron ayer con calma aunque con demoras por la impuntualidad de las autoridades electorales.

Concretamente, los argentinos votaron para renovar a la mitad de los 257 escaños de diputados y a un tercio de los 72 del Senado, en unos comicios en los que el Gobierno de Fernández arriesga la mayoría del oficialismo peronista en el Parlamento y en el que se definirá el mapa político del país con vistas a las presidenciales de 2011. Además se renovarán legislaturas provinciales y municipales en unos comicios en los que se instalaron un total de 80.951 mesas electorales donde presentaron listas de candidatos 713 fuerzas políticas, de las cuales 186 forman parte de 98 alianzas.

"Vivo esta jornada como buen demócrata, como lo somos todos los argentinos", declaró Néstor Kirchner, tras emitir su voto como principal candidato oficialista a diputado por la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito del país. Kirchner, quien pone en juego su liderazgo en el Partido Justicialista (peronista), señaló que tiene "la esperanza de consolidar la transformación del país". Esta fue la primera vez que Kirchner vota en la provincia de Buenos Aires, donde trasladó su domicilio para ser candidato, ya que es oriundo de la de Santa Cruz, a la que gobernó durante casi 12 años antes de ser elegido presidente, en 2003.

Los comicios de ayer también ponen en juego el regreso a las políticas neoliberales de la década pasada, que desembocaron en la severa crisis de 2001, cuando Argentina entró en el mayor cese de pagos de la historia. Cada país tiene sus propios códigos electorales pero, en el caso de Argentina no vendría mal contar con una guía para entender algunas situaciones que rozan el surrealismo.

Así, el principal rival de Kirchner será otro peronista, pero disidente: el empresario Francisco de Narváez. Éste está alentado por un tercer peronista con un gran control sobre el aparato del partido en la provincia, el también ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003), quien, a su vez, fue el impulsor de la candidatura presidencial de Kirchner en 2003.

Para rizar el rizo, De Narváez se presenta en alianza con el conservador Mauricio Macri, alcalde de la ciudad de Buenos Aires, que en esta ocasión no compite pero coquetea con la idea de que el peronismo le postule como candidato en las elecciones presidenciales de 2011.

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