Los pequeños comerciantes de Dos Hermanas se han encontrado con otro problema que se une a la falta de negocio en la ciudad: la iniciativa de los colegios privados y concertados de vender ellos mismos los uniformes y libros que deben llevar los alumnos ha hecho que las ganancias bajen un 25% este año.
Y eso, en una situación de crisis económica como la actual, se nota de manera contundente en las cuentas.
La Federación Nazarena de Comerciantes, Fenaco, ya alertaba hace dos semanas de las vacaciones forzosas que hacen las pequeñas y medianas empresas (pymes) por el pronunciado descenso que están sufriendo en las ventas, pero confiaban en que las últimas semanas de agosto subieran los ingresos por las compras habituales del inicio de curso. Sin embargo, los comerciantes de ropa y de libros están acusando la iniciativa de los centros escolares de vender los uniformes y chándales reglamentarios en los mismos colegios, sacándose la licencia y patentando los escudos, por lo que es imposible que los costureros tradicionales oferten estos trajes.
Estas prendas le suponían todos los años a los comerciantes una inyección económica con la que suplir los meses de menor venta. Joaquín Sánchez, de Confecciones San Sebastián, en la calle del mismo nombre, comenta que su negocio ha sido muy "fructífero" hasta ahora, pero que ya ha dejado de fabricar babis y chándales porque le supone "mucho trabajo para el dinero que se saca". A su juicio, la iniciativa de los colegios es "legal pero injusta, porque nos eliminan del negocio".
Estos comerciantes dejaron hace años de recibir los encargos del colegio San Alberto Magno, que patentó su escudo y montó una tienda en el mismo centro de Montequinto. Este centro envió una carta a los comerciantes advirtiéndoles de que ya no podían hacer sus trajes, y el colegio de Los Escolapios hará lo mismo este curso. Desde ambos centros se declinó ayer comentar una situación que a las tiendas les supone una pérdida del 25% en sus ingresos lo que, sumado al descenso en las compras por la crisis económica (que cifran en otro 25%), hace los comercios la mitad de rentables que hace un año.
También los libros. En la misma situación están las librerías en las que, debido a los cheques para libros que otorga la Consejería de Educación, se ha ido notando más la falta de ingresos. Mari Carmen González, de la librería María Vázquez, consigue sacar adelante su negocio por las ventas de las novelas... y porque su marido trabaja y aporta otro sueldo, pero sabe de otras compañeras que lo están pasando peor porque todo lo que tienen es la tienda de libros: "los libreros no tenemos una buena asociación que nos defienda, por eso estamos así", apostilló.
