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Lección de cofradía en El Cerro

Por segundo año consecutivo, la hermandad se queda en la parroquia

el 03 abr 2012 / 20:17 h.

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Con tantas ganas de salir como cualquiera, con un cielo que invitaba a la esperanza y con el recuerdo de que el año pasado también se quedaron en casa, el hermano mayor del Cerro del Águila, José de Anca, sin llegar a agotar la hora que le habían concedido de demora, anunciaba en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores que este año tampoco harían su estación de penitencia en la Catedral. Dos de dos. Dos años de hermano mayor y dos años teniendo que tomar esta decisión. El repique de campanas de las 12 horas, que suele coincidir con la salida de la cofradía, se quedó en un toque seco a las 13 horas.

 “No teníamos que tomar una decisión sino asumir un riesgo”, explicaba José de Anca a los medios de comunicación en el atrio de la parroquia. Y es que el último parte solicitado empeoraba la previsión sobre el anterior y esperaba una lluvia persistente a partir de las 14 horas. Esta agua no cayó. Y la tormenta se produjo a partir de las 19 horas. Pero igualmente le hubiera pillado en la calle: “Tenemos un recorrido muy largo, 11,5 kilómetros, muchos hermanos, con un cortejo de erca de 2.000 personas (1.600 nazarenos). Mi responsabilidad es salvaguardar a los hermanos, nuestras imágenes y el resto del patrimonio”, aseguró. En este largo recorrido, además, tienen pocas opciones de resguardo hasta que alcanzan el Centro: “En La Milagrosa o un paso en la capilla de la hermandad del Sol”, detallaba un auxiliar de la cofradía.

El aplauso del interior del templo tuvo su eco en la calle Afán de Ribera. Sin embargo, pese a conocer la noticia y a oír desde fuera los vítores dedicados a los titulares, nadie se movió de su sitio, cumpliendo con el rito que hace único a este barrio e intentando ahogar las lágrimas. Necesitaban reaccionar pues costaba creer que volvía a pasar. Pero hasta la tarde, desde las 17 horas “hasta que ya no haya nadie”, no podrían entrar a ver a la Virgen de los Dolores perfumada por rosas blancas y paniculatas y al Cristo del Desamparo y Abandono, con su tradicional exorno de claveles rojos.

Las colgaduras, las palomas que sueltan en la primera levantá de la Virgen de los Dolores en la calle y los estrenos –cuatro faroles de plata para el paso de misterio, con diseño y ejecución de Delgado López y el pectoral para la dolorosa– tendrán que esperar al próximo Martes Santo.

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