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Lo ecológico también vende

Sevilla cuenta con 11 organismos (10 ubicados en el área metropolitana) inscritos en el registro EMAS (EcoManagemente and Audit Scheme), un certificado europeo que reconoce su compromiso con el medio ambiente.

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Sevilla cuenta con 11 organismos (10 ubicados en el área metropolitana) inscritos en el registro EMAS (EcoManagemente and Audit Scheme), un certificado europeo que reconoce su compromiso con el medio ambiente.

El listado lo integran el Parador de Turismo de Carmona, el hotel Occidental de Sevilla, la fábrica de Dos Hermanas de Kemira Ibérica, la firma Elimco en La Rinconada, Laboratorios Zotal en Camas, la delegación sevillana de Rayet Promoción, el Instituto de Salud Laboral también en Sevilla, la fábrica de Alcalá de Guadaíra de Cementos Portland Valderrivas, el hospital Victoria Eugenia de Cruz Roja Española en Sevilla, la sede autonómica de Tragsa en la capital y la Mina Matagallar, en Pedrera.

Son empresas e instituciones de muy diferentes ámbitos pero que tienen en común que todos han sabido sacar ventaja adoptando la bandera del ecologismo, ya que de forma voluntaria se someten a revisiones periódicas y exhaustivos controles que verifican sus buenas prácticas ambientales.

Al inscribirse en este registro las empresas demuestran a sus clientes y las administraciones competentes que evalúan, gestionan y reducen el impacto ambiental de sus actividades.

En Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente es la responsable de este registro, que aglutina a unas 60 entidades en la región, según informa el director general de Prevención y Calidad Ambiental, Jesús Nieto, que explica que predominan las empresas del sector turístico, aunque también son reseñables las del petroquímico. "El elenco es amplio pero sí es cierto que son todas grandes empresas", detalla.

Los requisitos son exigentes, argumenta el director general, por eso su objetivo es ahora hacerlo más atractivo para las pequeñas y medianas empresas (pymes). "Supone un elemento diferencial, un plus de calidad a la hora de colocar el producto en el mercado", agrega.

Esta iniciativa, gestionada por los estados miembros de la Unión Europea y desarrollada en el reglamento del Parlamento Europeo, permite que las empresas e instituciones se adhieran con carácter voluntario ayudándolas a mejorar tanto en comportamiento ambiental como en competitividad.

"A diferencia de otros certificados de calidad éste está controlado por las administraciones", manifiesta Nieto, para el que esta normativa es la que establece el procedimiento pero "luego son las empresas las que establecen su hoja de ruta".

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