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Lo que se dice echar una mano

El Real Madrid no necesita que le echen ninguna mano, porque ya tiene a Xabi Alonso y Sergio Ramos para eso, pero el árbitro se la prestó y el Betis cayó.

el 11 mar 2012 / 00:29 h.

Cristiano Ronaldo se dispone a marcar el 1-2.
Vaya por delante que el Betis-Real Madrid fue, recurriendo al tópico, todo un partidazo de fútbol, seguramente uno de los mejores de esta Liga en la que los compromisos de los dos alumnos más aventajados (y ayudados) no ofrecen más interés que el de conocer el número exacto de goles que encajarán los adversarios de turno. No sucedió así, sin embargo en el Benito Villamarín. El todopoderoso equipo de José Mourinho, de Cristiano Ronaldo y de los tropecientos millones de euros de Florentino Pérez no contó los tantos que le metía al nada poderoso Betis del concurso de acreedores. Contó, eso sí, los minutos que faltaban para el final del partido, todo un síntoma. El Betis no fue la típica víctima indefensa del líder y logró que el futuro campeón perdiese tiempo. A ver si se comporta igual en su Liga de verdad, por ejemplo en Vallecas.

De los 32 hombres que actuaron ayer sobre el terreno de juego, árbitros y linieres incluidos, el peor, con permiso de Arbeloa, fue sin duda el segundo colegiado, un tal Sagués Oscoz. ¿Cómo es posible que el suplente del árbitro titular sea de Segunda B? Pero así es y así funciona el fútbol español. Y un partidazo que iba camino de un resultadazo para el Betis terminó como no debía, con un clásico de la historia de la Liga: ayudita arbitral al grande... y para casa. Lo triste es que al Madrid, para ganar la Liga, seguramente no le harán falta los dos puntos que ganó ayer gracias a la ceguera de Sagués, pero el Betis, para salvar la categoría, igual sí necesita ese puntito que se le fue.

Jorge Molina ha tenido que esperar casi treinta años, que se dice pronto, para ser futbolista de Primera. También tuvo que pasar por todas las categorías del fútbol español y vestir cinco camisetas distintas para acabar en un equipo importante que le permitiese medirse a los más grandes del mundo. Jorge Molina se peleó con los defensas y los porteros de Tercera, Segunda B y Segunda y marcó goles ante todos ellos antes de hacer lo mismo, y además dos veces, ante el mejor guardameta del mundo. Por eso y por su honradez, felicidades.

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