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Los engranajes de la ayuda más humana

Cuando los Bomberos terminaron de apagar el incendio en casa de Pilar, una mujer de 84 años con problemas de visión, el problema no había hecho más que empezar. La anciana estaba nerviosa, no tenía familiares cercanos con los que irse, no quería dejar la vivienda...

el 14 sep 2009 / 22:18 h.

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Cuando los Bomberos terminaron de apagar el incendio en casa de Pilar, una mujer de 84 años con problemas de visión, el problema no había hecho más que empezar. La anciana estaba nerviosa, no tenía familiares cercanos con los que irse, no quería dejar la vivienda... el Cecop Social empezó a inventarse una solución.

"En el Cecop hay un protocolo, pero en estas situaciones tenemos que jugar con la imaginación... y llamar a muchas puertas", explica Eva Delgado, coordinadora del Cecop Social. Su trabajo es buscar recursos: si la administración los tiene, debe poner a la gente en el camino de conseguirlos, y si no... hay que inventar. El caso de esta mujer era especial: tenía una pensión muy baja y no se valía bien por sí misma, su piso había quedado destrozado y ni siquiera estaba asegurado. Al final, se le han conseguido ayudas e incluso que una ONG le pinte el piso gratis.

"Lo primero fue convencerla de que no podía dormir allí, porque se podía intoxicar con el humo. Conseguimos que se fuera a casa de una vecina, y nos pusimos en contacto con su única familiar, una sobrina que vive en Córdoba y que vino a buscarla", explica Eva.

"A veces, sólo con no dejar a la gente sola, con escucharla, ya se está haciendo mucho. Es algo que a veces hacían los propios policías cuando terminaban su trabajo, porque les daba cosa marcharse dejando a la gente en situaciones dramáticas. Ahora podemos dar una respuesta inmediata", explica la concejal de Seguridad y Convivencia, Nieves Hernández, corresponsable junto al área de Bienestar Social de este servicio, que se puso en marcha en verano y ya ha resuelto más de 70 expedientes. Seis personas trabajan en él para atender a los usuarios las 24 horas.

La sobrina de Pilar da fe de su constancia: "Me han mantenido informada desde el primer momento, y siguen preocupándose", aseguraba María José dos semanas después del incendio. "El arreglo va a costar 6.000 euros, y ni mi tía ni yo tenemos ese dinero, pero me han conseguido una ayuda de 1.600. Nos va a costar trabajo pagar lo demás, pero por lo menos tenemos eso. La verdad es que funcionan muy bien".

El fuego había achicharrado la cocina del piso, quemado los electrodomésticos y llenado de humo todas las habitaciones; hacían falta arreglos de electricidad, fontanería, albañilería, pintura... "Hablamos con algunas escuelas taller, pero fue imposible que nos ayudaran", dice Eva Delgado. "Pero hemos conseguido algunos muebles y azulejos, una vecina ha buscado a gente para ayudar en las obras, y hemos gestionado la pintura del piso". La ONG Cooperación Internacional envió a una cuadrilla de voluntarios que estos días está terminando de pintar, en el marco de un programa solidario que este mismo año fue premiado por la Junta. "Por llevar, hemos llevado hasta productos de limpieza, lo que hemos podido", cuenta Eva, que recaló en el Cecop por casualidad hace seis años y acaba de encontrarse con un giro inesperado en su trabajo.

Ha sido incluso mediadora entre la dueña de la casa, una mujer de fuerte carácter, y las personas que han querido ayudarla, como su vecina Pilar Villegas, que ha controlado el arreglo de la casa.

Después de todos estos trámites, el Cecop Social ha derivado el caso a la Unidad de Trabajo Social de la zona, para que los servicios sociales convencionales sigan preocupándose por esta vecina del entorno de Eduardo Dato.

"Tenemos a gente muy concienciada, que cree mucho en esto", se congratula la concejal de Convivencia, que destaca que Sevilla es "pionera en ofrecer este servicio las 24 horas del día".

El Cecop Social tiene un funcionamiento "muy permeable y flexible", ya que atiende casos de lo más variado. Con los indigentes tienen problemas: aunque hay una furgoneta que puede desplazarse para atenderlos de noche, ellos no suelen aceptar ayuda, según Hernández, que insiste en que "no se les puede obligar a nada".

Aún así, admitiendo que queda por hacer, se muestra satisfecha con un servicio que se está topando a diario con "situaciones muy graves. A veces de pobreza real, pero sobre todo de pobreza social: relaciones familiares muy difíciles, gente que no sabe qué hacer en un momento dado". La concejal admite que estos casos han existido siempre, pero "ahora afloran porque existe este dispositivo. Vete a saber cómo se solucionaban antes".

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