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Los iraquíes atrapados en Basora apenas tienen agua para dos días

La población de la provincia de Basora, atrapada en medio de los enfrentamientos entre el Ejército y las milicias chiíes, cuenta con reservas de agua sólo para dos días, según alertó ayer la ONU. En esta coyuntura, Maliki ofrece una recompensa a los milicianos que abandonen las armas. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 02:25 h.

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La población de la provincia iraquí de Basora, atrapada en medio de los enfrentamientos entre el Ejército y las milicias chiíes, cuenta con reservas de agua sólo para dos días, según alertó ayer la ONU. En esta coyuntura, Maliki ofrece una recompensa a los milicianos que abandonen las armas.

"Estamos muy preocupados por la degradación de la situación humanitaria en Basora. Por el toque de queda es imposible que los trabajadores humanitarios distribuyan la ayuda que tanto necesitan los habitantes", declaró la portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Veronique Taveau, a la prensa en Ginebra. Basora es la segunda ciudad más importante de Irak, con una población de 3,2 millones de personas, de la que la mitad son niños, según los datos de Naciones Unidas.

"El acceso al agua potable es particularmente crítico. Estimamos que sólo quedan reservas para dos días", agregó Taveau, tras explicar que la población no puede consumir la del grifo debido a su fuerte salinidad y a su pobre calidad. En el caso de que eso ocurra, se teme un aumento dramático de los casos de diarrea y otras enfermedades, particularmente entre los niños. Unicef tiene reservas suficientes para asistir a la población de Basora, pero necesita "garantías" para su distribución, subrayó la portavoz.

Sostuvo que la situación no sólo es grave en Basora, sino también en Bagdad: "En algunos hospitales se han acabado los alimentos, falta electricidad y los empleados no pueden llegar, de modo que ni siquiera hay personal para las cirugías y para atender a los pacientes". La situación es tan alarmante, agregó el organismo humanitario, que algunas familias llevan sus pequeños generadores eléctricos a los hospitales para que éstos puedan seguir funcionando.

Combates. Así las cosas, el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, amplió ayer el ultimátum de 72 horas que dio hace dos días a la milicia fiel al clérigo chií Muqtada Sadr, mientras continúan los combates con el Ejército iraquí, que han causado ya 140 muertos en todo el país.

En un tono más conciliador que en días anteriores, Maliki extendió hasta el 8 de abril el plazo para deponer las armas y ofreció una recompensa económica a los milicianos que respondan positivamente a su llamamiento. "Es un deseo del Gobierno dar una oportunidad a aquellos que poseen armamento medio y pesado de entregarlo a las fuerzas de seguridad, por lo que la fecha límite ha sido extendida", alegó.

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