Tras haber recorrido 1.064 kilómetros peregrinando en 25 días, a una media de 42,5 kilómetros por etapa, llegaron el miércoles 16 a Santiago de Compostela Antonio Martín, presidente de la Unión de Ganaderos de la Raza Asnal Andaluza, acompañado de dos de sus mulos Templado y Arlequín, hijos de uno de los burros andaluces más famoso, Caballero.
Con Antonio Martín viaja también el ganadero de Coín (Málaga) Sebastián Bandera Colorado, éste a lomos de un caballo de pura raza española, de nombre Ilusivo.
La peregrinación a Santiago de Compostela es fruto de una promesa para el hermanamiento de las asociaciones de criadores de asnos de Andalucía y Galicia, Unión de Ganaderos de la Raza Asnal Andaluza y la Asociación de Burros Fariñeiros de Galicia, respectivamente, esta última presidida por Jacobo Pérez Paz.
Con este hermanamiento se pretende revalorizar las dos razas asnales autóctonas de Andalucía y Galicia. Cabe destacar que esta idea nació dentro del Foro de Razas Autóctonas de la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto (Feagas) en las conferencias sectoriales celebradas el año pasado en la localidad de Trujillo (Cáceres).
Los peregrinos y sus monturas fueron recibidos en la plaza do Obradoiro a las ocho y cuarto de la mañana, en cumplimiento de la ordenanza municipal para acceso de animales a la plaza, por sus familiares desplazados a Santiago de Compostela desde Málaga y Sevilla, así como los directivos de la Asociación dos Burros Fariñeiros de Galicia, María Enríquez Martínez, José Antonio Pérez Rodríguez, Blanca Abel Vázquez y Jacobo Pérez Paz.
En dicho acto los directivos lucieron las capas de la Orden dos Cabaleiros de Galicia y la Orden de Damas y Caballeros de San Froilán, asociaciones que se unen para dar la bienvenida a los singulares peregrinos, además de portar la bandera de Galicia y hacer entrega de una cesta con productos gastronómicos de Galicia.
Ayer fueron recibidos por miembros directivos de la Asociación Pura Raza Cabalo Galego , con sede en el pazo de Quián, en donde los peregrinos visitaron el museo del Caballo Gallego, así como las instalaciones del Centro de Razas Equinas Autóctonas de Galicia.
Nos cuenta Antonio Martín que una de las peores etapas de la peregrinación a Santiago de Compostela fue la vivida en las sierras de Extremadura, en donde se perdieron y pudieron conocer las víboras. En este sentido, Antonio Martín reclama una mejor señalización para la Vía de la Plata y albergues para las monturas puesto que el abandono en los servicios para alojamiento de los caballos es patente en toda la ruta y se agrava en Galicia.
