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“Los padres se preocupan por que sus hijos lean. No está todo perdido”

Efrén Jiménez Carrión es uno de los fundadores de La Señorita Esquivel, una librería de Mairena del Alcor

el 13 oct 2013 / 08:00 h.

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15247565A Efrén Jiménez (Mairena del Alcor, 1982), a su hermana y a su mujer no les tembló el pulso cuando en 2011, en plena crisis económica, decidieron apostar por montar un negocio cultural con el objetivo de ofrecer una oferta más diversa y amplia en su localidad de origen. Algo más que una librería y una papelería gourmet, como le gusta definirla, esta empresa familiar, que hace honor a su abuela, La señorita Esquivel, se esfuerza por llevar la cultura a pequeños y mayores. –Deciden abrir un negocio en 2011, en plena crisis, y encima relacionado con la cultura. ¿No les dio miedo? –Lo de montar el negocio surgió a raíz de un comentario. Mi hermana llevaba un tiempo en el paro y yo trabajaba horas sueltas como monitor, porque soy maestro de Educación Física. La idea también la tenía mi mujer, que siempre soñaba con abrir una librería. El comentario apareció en una conversación como surgen tantos otros, pero esta vez salió adelante. Contamos desde el principio con el apoyo económico de la familia y también del banco, lo que nos animó a tirar hacia delante con la iniciativa. En Mairena del Alcor no estaba cubierta esta necesidad. Las librerías son más bien papelerías y no había una tal cual, así que era un campo por explorar. –¿Cuál es su balance de estos dos años de andadura? –Es un proceso duro, porque, al empezar de cero, necesitas echarle muchas horas, aunque por ahora salimos adelante. También tenemos en cuenta que estamos en plena crisis y tenemos la esperanza de que cuando las cosas vayan mejor también mejorará la situación de nuestro negocio. –¿Cómo ha respondido a su proyecto la clientela de Mairena del Alcor? –Muy bien, y ello a pesar de que mucha gente nos decía que este negocio no tenía salida. Nos ha sorprendido la respuesta de la gente, aunque es cierto que es un pueblo que lee. La biblioteca municipal funciona muy bien y hay costumbre de leer. No todos vienen por el tema de la librería adulta, ya que la infantil está funcionando también genial. –Decidió no apostar solo por una línea de negocio desde el principio. ¿Cómo ha diversificado? –Montamos, además de la librería, una juguetería, en la que incluimos marcas especiales que no se suelen encontrar en los alrededores. Ha funcionado muy bien y se nota especialmente en Navidad. También tenemos juegos de mesa. Además funcionamos como papelería para prestar así un servicio completo al cliente y, en este apartado, hemos incluido una parte gourmet, con dos o tres marcas más especiales. –El local escogido ha sido fundamental para el desarrollo del negocio... –Tiene 170 metros cuadrados y cuenta con una parte en alto, porque era un antiguo granero que pertenecía a una empresa de cereales del pueblo, de los años 60. Tenía un muelle de carga y de ahí que haya dos espacios diferenciados en el establecimiento. Es un sitio singular y la idea de montar la empresa surgió a raíz de conocer el local. En la parte de arriba ofrecemos una sala de exposiciones, que está siempre prácticamente llena con obras de artistas locales o de conocidos. Con esta iniciativa no se saca mucho económicamente, pero queríamos ofrecer este servicio al pueblo y también es una manera de dinamizar el negocio. Antes el municipio estaba más parado culturalmente hablando, aunque en los últimos años se están moviendo cosas. Nosotros ofrecemos talleres infantiles, sobre todo en época de vacaciones, que tienen muy buena acogida. Hacemos manualidades, creación de cuentos... y también actividades para adultos, como taller de trapillo, así como charlas y conferencias. –Se trata de un negocio muy estacional. ¿Cómo lo compensa? –A finales de agosto y principios de septiembre empieza a haber movimiento con el arranque del curso escolar y hay mucho trabajo que se concentra en ese mes. También Navidad es un buen momento para un negocio como el nuestro –al menos los dos primeros ejercicios han ido muy bien–, aunque intentamos durante todo el año no dejar de lado las actividades que realizamos. Hay épocas especialmente peores, sobre todo a partir de mediados de enero y en primavera. En Mairena del Alcor hay mucha tradición con la feria, y por eso muchos deciden destinar el dinero a esta fiesta y gastos relacionados con ella. En verano lo que más se vende son los libros de bolsillo. Además estamos desarrollando la web para que nos conozcan más y más personas de pueblos cercanos y para vender en todo el territorio nacional, aunque la competencia es fuerte porque el precio de los libros es el mismo en todos lados. –El nombre de la librería es un homenaje a su abuela, maestra conocida en el pueblo. –No sabíamos qué nombre ponerle y nos acordamos de nuestra abuela. Fue maestra en Mairena y la gente mayor la recuerda con mucho cariño. Todo el mundo sabe aquí quién es la señorita Esquivel y, como el negocio estaba vinculado con la educación y la cultura, decidimos que era un bonito nombre para ponerle. Le dimos así un toque familiar y la gente además identifica el negocio con mi abuela. –Es maestro y a través de la librería puede ver la importancia que se le da a la cultura en estos tiempos. ¿Cree que los informes europeos negativos sobre educación hacen justicia a la sociedad española? –La parte de librería infantil funciona muy bien y son muchos los padres que vienen con sus hijos a comprar libros para animarlos a introducirse en el mundo de la lectura. De hecho, muchas veces prefieren comprarle un libro a ellos que hacerse con un libro para adultos. Nuestro modelo de cliente se basa en matrimonios de entre 30 y 40 años preocupados por la educación de sus hijos. La gente se preocupa por la educación de sus hijos. No se puede decir que está todo perdido a pesar de los informes.

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