Los padres de más de 200 alumnos del colegio público Juan XXIII de Castilleja de la Cuesta decidieron no llevar a sus hijos a clase como protesta por el "estado ruinoso" del centro. El detonante fue el desplome de una puerta de hierro a escasos centímetros de la entrada al recinto el viernes pasado.
Los alumnos de educación infantil y primaria del Juan XXIII, de entre tres y 11 años, cambiaron las aulas por la puerta del Ayuntamiento. El día anterior, en una reunión con la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), los padres decidieron reclamar al Consistorio que arregle los desperfectos o construya el nuevo colegio que el gobierno municipal prometió hace más de un año. Sólo seis de los 220 alumnos del colegio acudieron ayer a clase.
"Esto está muy viejo y tan deteriorado que te pones a pensar en lo peor... no me da seguridad y soy la responsable de 200 niños", dijo María Jesús Álvarez-Dardet, la directora del centro, que asegura que lleva seis años reclamando mejoras y seguridad para sus alumnos.
Al escalón de entrada a la secretaría le falta un trozo, una de las aulas tiene una gotera en el techo, un toldo de hierro está combado, hace poco se levantó el suelo de una clase "y ahora se está levantando en otra... vienen a arreglarlo, pero son pequeños parches", explicó la directora.
El centro se construyó en 1963 y se remodeló en los ochenta. De esos años datan las puertas de hierro del colegio. Una de ellas, con las bisagras comidas por el óxido, se desplomó el viernes junto a la puerta principal. "Eran casi las dos de la tarde, si llega a caerse tres minutos más tarde, imagínate la desgracia, porque pesa 80 kilogramos", aseguró.
Padres y directora mostraron su descontento con que aún no se haya llevado a cabo el convenio firmado entre la alcaldesa, Carmen Tovar (PSOE), y la Junta para construir un nuevo centro.
Un grupo de cinco padres y madres fue recibido por el teniente de alcalde, Julio Borge, en ausencia de Tovar, que se encontraba de viaje en Madrid. Según explicó Alonso Cano, vocal del AMPA, durante el encuentro acordaron una reunión, con la alcaldesa y el delegado provincial de Educación, para el próximo lunes. Mientras, el arquitecto municipal evaluará mañana la situación del centro.
Por su parte, los padres solicitarán un informe de un perito independiente que valore el deterioro del colegio. "Llevamos seis años pidiendo lo mismo y nunca se hace nada, así que después de la reunión del lunes decidiremos si volvemos a llevar a nuestros hijos al colegio", dijo Cano.
