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«Montar un negocio es fácil si se tiene dinero»

Siempre se ha dicho que los persas son buenos comerciantes y una prueba fehaciente de ello son Mohammad Ghafeli, Pepe para sus amigos españoles, y Mojghan Zahromizdeh, Mónica. Llegaron hace nueve años a España porque no se encontraban a gusto en su país, Irán.

el 15 sep 2009 / 20:42 h.

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Siempre se ha dicho que los persas son buenos comerciantes y una prueba fehaciente de ello son Mohammad Ghafeli, Pepe para sus amigos españoles, y Mojghan Zahromizdeh, Mónica. Llegaron hace nueve años a España porque no se encontraban a gusto en su país, Irán.

No hablaban prácticamente ni una sola palabra de castellano, pero a los pocos meses de residir en Sevilla les salió la oportunidad de coger el traspaso de una panadería-tienda de comestibles en la calle Argantonio, cerca de Arroyo, ocasión que no dejaron pasar, porque, tal y como recuerda Pepe, llegamos a España sólo con la visa de turista y para obtener la residencia "no teníamos más remedio que montar un negocio".

Las puertas se las abrió un compatriota que tiene un establecimiento similar en la calle Venecia, que fue el que les habló del traspaso del comercio que ahora es su medio de vida.

Pepe, al igual que Mónica, han aprendido a hablar español gracias a sus clientes: "Los primeros días que estábamos en la tienda prácticamente no abríamos la boca porque no conocíamos el idioma, pero todo el mundo nos ayudó mucho".

Esos comienzos, según relata, fueron un poco duros por la barrera lingüística, pero al contrario de lo que pueda opinar mucha gente, no tuvieron problemas para iniciar su nueva vida como autónomos. Pepe explica que todas las gestiones burocráticas las puso en manos de un abogado, que es el que realizó los trámites necesarios para que los papeles estuviesen en regla: "Montar un negocio es fácil si se tiene dinero", remacha.

Este iraní, ya con raíces en Sevilla, no en vano ya es socio del Sevilla FC, equipo al que incluso ha seguido a algún que otro partido europeo, en su país era propietario de una fábrica de pieles, que vendió para venirse a España. Cuando salieron de Teherán no pensaban que se iban a afincar en la capital hispalense, aunque llegaron a San Pablo porque la única hermana de Pepe vive en Sevilla.

Este matrimonio relata que vinieron de visita y se quedaron. Eso sí, su objetivo era establecerse en España, "por la forma de ser de la gente, que se parece más a nosotros", dice Pepe, que habla con conocimiento de causa, puesto que por su fábrica de pieles en Irán viajaba con frecuencia a Europa, fundamentalmente a Alemania.

Este emprendedor, que en su aventura cuenta con el apoyo de Mónica, no deja de reinar para abrir otro negocio, tiene varios en mente, pero el problema que encuentra es el precio demasiado alto de los locales, y más en la zona de Santa Justa, donde ha echado sus raíces.

Por ahora siguen con su tienda de comestibles, en la que no falta de nada, y en la que hacen turnos para trabajar en ella. Por la mañana, Mónica es la que está al pie del cañón y por la tarde es Pepe el que despacha. Al vender pan sólo descansan los sábados y domingos por la tarde.

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