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Naranjo desoye a Chaves y sigue en la primera fila de la guerra del PSOE

Pese al malestar de la dirección regional y del propio Manuel Chaves, la consejera de Justicia se rebeló ayer con una advertencia: "Opiné, opino y opinaré como ciudadana y militante socialista". (Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 04:29 h.

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Evangelina Naranjo, seguirá en la primera línea de la crisis abierta en el PSOE de Sevilla. Pese al malestar de la dirección regional y del propio Manuel Chaves, la consejera de Justicia se rebeló ayer con una advertencia: "Opiné, opino y opinaré como ciudadana y militante socialista".

Evangelina Naranjo ha adquirido uno de los principales papeles en la crisis abierta en el PSOE de Sevilla. Primero, su nombre sonó como posible rostro del sector crítico, opción que fue descartada por la dirección regional poco partidaria de que se compatibilicen cargos orgánicos e institucionales de primer nivel -con excepciones como la de Gaspar Zarrías, secretario provincial de Jaén y vicepresidente del Gobierno autonómico-.

Después fue una de las primeras en sumarse al llamamiento del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, a una renovación que partiese de la salida de José Antonio Viera de la dirección. Y en tercer lugar, se sumó a la escenificación diseñada por el sector crítico en el Comité provincial -los principales referentes de la corriente entraron en la sesión con ésta ya comenzada acompañados de medio centenar de militantes partidarios- y protagonizó una dura intervención contra la dirección de la ejecutiva.

Estos gestos han provocado un hondo malestar en la dirección regional del partido y en el Gobierno presidido por Manuel Chaves, que ya habían advertido a la consejera de que si seguía en el Ejecutivo tenía que mantenerse al margen de la guerra del PSOE de Sevilla para evitar que se mezclasen los terrenos orgánico e institucional.

Desde la dirección regional socialista aseguraron que el pronunciamiento de ayer de Naranjo causó primero desconcierto y después un gran enfado porque por tercera vez incumple su compromiso de no entrar en esta pelea orgánica. Y además después de dos avisos para que se mantenga al margen. Ya comienzan a dejar de hablar de arrebato de la consejera para empezar a temer que pueda vislumbrarse un pulso o desafío a las instrucciones de la cúpula socialista y del Ejecutivo.

El propio secretario provincial, José Antonio Viera, advirtió a Chaves de esta situación e incluso llegase a pedir que los dirigentes llamados a protagonizar la crisis interna no asumiesen cargos de primer nivel en la administración.

Todos estos movimientos se han producido en clave interna. Sólo ha habido un posicionamiento público, el del portavoz del Gobierno autonómico, Enrique Cervera: "Creo que los miembros del Gobierno son ciudadanos también con plenos derechos políticos.

En todos los partidos, cuando sus miembros están en el Gobierno, toman parte dentro de la vida orgánica". Sus palabras fueron toda una defensa de la postura adoptada por Naranjo, que no encajan en las directrices marcadas desde la dirección regional del PSOE-A.

A estas palabras se aferró precisamente la consejera de Justicia y secretaria de la Agrupación de Miraflores cuando fue preguntada ayer por los medios. Aunque inicialmente señaló que "no era el lugar" para hablar de estos temas, luego pronunció una rotunda afirmación: "Aunque hoy no toca. Yo opiné, he opinado, opino y seguiré opinando como ciudadana y militante del PSOE".

Su caso no es el único que preocupa a la dirección regional del partido. Otro de los principales referentes del sector crítico, Demetrio Pérez, que además está llamado a ser el rostro de la candidatura, forma también parte del ejecutivo autonómico como delegado provincial del Gobierno.

Aunque de momento no se ha posicionado públicamente, su nombre sí ha sido puesto sobre la mesa por varios dirigentes socialistas. Además, participó en la escenificación del pasado lunes, junto a Evangelina Naranjo, Alfredo Sánchez Monteseirín y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

El PSOE-A y el Gobierno andaluz no quieren en esta ocasión intervenir en la crisis abierta en Sevilla, como sí hicieron hace cuatro años. Pero ven con preocupación como dos de sus representantes, especialmente Naranjo, se sumergen en una guerra de consecuencias imprevisibles.

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